31 de agosto de 2010

Climbing the mountain

“Muchos fracasos de la vida han sido de hombres que no supieron darse cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se rindieron.”(*). Yo no creo en los éxitos, creo en los procesos, en los caminos, en los pequeños logros que nos siguen moviendo cada día.

Siempre tengo en mi mente una meta, un objetivo, aquello grande que me moviliza a un fin determinado. Pero alcanzar esa meta no lo considero un éxito, sino el principio de otro camino, otro obstáculo salvado, otra experiencia ganada, más información en mi mochila de vida que me hace crecer, superarme, ser más sabia, poder afrontar las nuevas metas y obstáculos de otra manera.

Si solo nos quedáramos con el éxito seríamos conformistas. Quizás me digan que ¿cómo puede una persona que busca el éxito ser conformista? ¿No es acaso lo contrario? Para mí no, porque quedarnos con ese éxito y regodearnos en él es conformarnos con aquello que logramos sin desear más.

No invito con esto a la rendición, al contrario, invito a la auto superación, a seguir caminando mirando siempre un objetivo diferente frente a nosotros.

¿Cuánto tiempo tardé en darme cuenta de esto? Demasiado, más de lo que me hubiese gustado. Pero hasta que no me di cuenta no pude saber lo que me estaba perdiendo. Hasta ese momento no tenía objetivos, o por lo menos no tenía en claro lo que eran para mí.

Y ahora que puedo hacer este análisis no me canso de ponerme metas, líneas de llegada y de nueva partida. Suele suceder que a mitad de camino el rumbo se desvía y encontramos otras metas, otras finalidades, y el poder seguir esos caminos y no quedarnos en el primero es lo que nos permite realmente crecer, madurar, ser más de lo que nosotros mismos creemos que podemos ser.

 

 

(*)Thomas Edison.

Memento Vivere

Y la lluvia cae otra vez sobre Buenos Aires, sigue corriendo el agua por las calles, sigue pasando la vida minuto a minuto. No te pierdas de lo que te puede pasar, si ya no la recorrés de la misma manera.
Acordate de vivir, acordate de respirar y disfrutar cada bocanada. Pero que ese disfrute no sean solo palabras, que no sea solo esa sonrisa que tan fácil sabés retratar en tu rostro. Que ese disfrute sea interno, que las ideas dejen de rondar y enredarse, que veas el momento y lo aprecies tal como es.
Y el agua sigue corriendo por las calles, y la vida sigue pasando y no se detiene solo porque queremos o solo porque no logramos alcanzarla. La vida es dura y larga, y lo importante de esa frase es que es larga, larga para apreciarla, larga para que podamos saborearla. Y así y todo nos queda corta, y se escurre entre las manos como ese agua que cae del cielo.
Así que a beberla, gota a gota, refrescando nuestra garganta como solo las experiencias vividas pueden hacerlo.
¿Y yo voy a estar acá esperándote hasta que te acuerdes de vivir? No lo sé, vos me dirías que no lo haga, que salga y viva yo sola. Pero sola no es una palabra que me guste y menos si sé que estás ahí afuera.

20 de agosto de 2010

Reflejos perdidos - Javier Bergia

Observo cómo pasa el tiempo
frente al televisor rancio, sin contenido
detrás de un montón de reflejos perdidos.

Arena dura en tiempos de amor, besos desesperados,
bellas canciones de Pablo Guerrero.

Siempre me gustó por cierto tu sonrisa
Nunca olvidaré la magia de tus ojos.
Yo era un poco lento y tú ibas tan deprisa.
Delicados besos de tus labios rojos.

La radio salta y dan las siete en el despertador.
Mayo viene con flores, junio con nuevos colores.

Café con leche y tu llamada en el contestador.
Como una melodía llega tu voz a mi alcoba vacía.

Siempre me gustó por cierto tu mirada.
Nunca olvidaré el sabor de aquél aviso.
Yo era un poco torpe y tú ibas tan lanzada
que me dabas miedo y te pedí permiso.

Febrero sale por la puerta sin decir ni adiós.
Marzo vendrá lluvioso, abril soleado y celoso.

La tierra es una mandarina y un pomelo el sol.
Tú eres mi caracola, una caricia en la orilla.

Siempre me gustó por cierto tu sonrisa.
Nunca olvidaré el perfume de tu pelo.
Yo era un poco niño y tú eras tan chiquilla.
Yo te hablé de amor y me llevaste al cielo.