5 de noviembre de 2009

Ni cerca de ser Neruda


Puedo escribir mil versos esta noche, no los más tristes, de esos seguro no, pero sí puedo escribir mil versos. Quizás versos tampoco, dejémoslo en prosa, nunca me llevé bien con la lírica y no creo que empiece a hacerlo a los 24 años. Entonces quedamos en que puedo escribir mil "cosas" esta noche. Y tampoco es de noche así que mmm creo que empecé mal el texto. Pero buen, uno cuando se sienta a escribir no piensa en que va a salir de esto, solo se sienta y escribe. Muchas veces intenté conceptualizar el arte de escribir, intenté leer instructivos sobre los distintos tipos de textos, las instrucciones y características para cada uno, pero jamás logré que eso me sirviera. Creo que porque soy más abstracta, realmente me siento y escribo y que sea lo que Dios quiera. (Uff, me salió Dios en mayúscula, un fallido, lo dejo para otro texto) Igual espero algún día poder hacer esto de manera más formal, no profesional, sino formal, sentarme y saber que estructura tengo que llevar, a donde tengo que llegar. Y si no lo logro, bueno, ustedes saben. Por suerte esto de tener un blog me deja desparramar las palabras, casi sin sentido si es que quiero, o con sentido, o con cinco sentidos, quien sabe. Espero sepan acompañarme en este intento de expresión, y si no me acompañan, ustedes se lo pierden.

2 de noviembre de 2009

1º Día

Día: 1
Sujeto: Yo misma
Objetivo: El sujeto debe lograr encontrarse a sí misma, aislarse parcialmente del contacto social para primero poder poner en claro sus prioridades como individuo. Se cree que con algunos días en soledad podrá pensar en detenimiento cuales son sus planes a futuros, donde quiere posicionarse en el mundo. También podrá recordar cuales son las cosas que le gustan y cuales le disgutan.
De esta manera, podrá retomar luego el contacto social conociéndose mejor a sí misma y sabiendo lo que espera del otro. Esto la ayudará a tener vínculos afectivos más efectivos y placenteros en todas las escalas de su vida.



* Nah, fracaso del experimento, en el primer día de prueba el sujeto recayó en sus viejos hábitos sociales. Se replantea el proyecto.

2 de octubre de 2009

Los gatos

Hoy puedo entender que te gusta el mate cocido, puedo entender tus gestos y tu miradas, puedo comprender eso que me decís pero no con palabras.

Puedo mirar un movimiento tuyo y descubrir cuál va a ser el siguiente, cuando tu mano se levanta e instintivamente encuentra mi cara, la toma y la acaricia.

Ese conocimiento pleno, que me hace sentir tan unida a vos, esa complicidad en los ojos, ese mirarnos y reconocernos como si este no fuese nuestro primer encuentro en la tierra, como si ya nos hubiesemos encontrado en vidas anteriores.

Quizás vos eras un gato, probablemente lo eras, y yo era una gata.

Y salíamos a pasear por unas calles abandonadas, nos tirabamos a dormir bajo la luz de la luna, sin importarnos que el mundo se siguiera moviendo, que siguiera su curso.

A quién le importa el movimiento del mundo cuando te tengo a vos?

Quizás ese movimiento a veces nos hace dudar, nos hace temblar, nos hace mirar para todos lados y sentir que estamos rodeados solo por una neblina blanca y espesa que no nos deja mirar más allá de la distancia de nuestras manos.

Y cuando miro a esa distancia siempre encuentro que junto con mi mano está la tuya, agarrándola, apretándola fuerte cuando la niebla se hace más espesa.

Esa única sensación es suficiente para seguir caminando en la neblina, sabiendo que el otro está ahí, siempre.

9 de agosto de 2009

El misterioso caso de Styles

Primer novela policial de la reina del suspenso, Agatha Christie.

Los primeros párrafos me recordaron a Estudio en Escarla, de Conan Doyle. Tal como pasa con Watson, Hasting es un militar retirado por cuestiones de salud, y apenas vuelto de la guerra se encuentra con un amigo de la juventud que da el pie para el inicio de la historia.
Obviamente, de ahí en más, ambas historias difieren muchísimo. Principalmente porque Poirot y Holmes tiene métodos totalmente diferentes, aunque ambos le deben el éxito a las "pequeñas células grises".

Pero bueno, no era de ellos de quienes quería escribir, sino sobre esta novela.
A esta altura de mi vida, acierto al asesino en el 50% por ciento de los casos (si, solo la mitad de las veces, y eso es lo que me gusta de Agatha: por más que la lea y lea, siempre va a tener algo para sorprenderme) y esta vez no logr Aunque n{e hacerlo. y tampoco logré ni cerca darme cuenta de cómo se había realizado el asesinato. Hasta el último momento creí estar segura de quién era el asesino, y en el último capítulo ¡zaz! Agatha nos da vuelta todo y nos vuelve a sorprender.


Resumiendo: El misterios caso de Styles trata sobre una familia liderada por una madrastra, buena pero tacaña, algunos hijos con deudas y varios amigos. Trata sobre saber que alguien en la casa es el asesino pero no saber quien, sobre un envenenamiento, sobre dejarse llevar por el instinto, y sobre no dar nada por seguro (no gente, ya sabemos todos que eso de que en las novelas de detectives el asesino siempre es el mayordomo es una gran mentira).

Para ser una primer novela, un misterio lo suficientemente difícil de descubrir como para atrapar al lector. Por suerte siempre tenemos a "papá Poirot" para recordarnos lo tonto que somos.

4 de agosto de 2009

Insipirada por un viento cálido del norte

El amor te da la energía para tirar cualquier barrera abajo, la fuerza para despertarte el día más nublado del año y saber donde está ubicado el sol atrás de tantas nubes negras, mirar por la ventana y sentir su calor en el rostro.
El amor (realmente amor, cuando solo le querés decir a la otra persona "te amo") se da con el tiempo y el conocimiento.
Muchas veces confundimos un crash con amor.
Pero el verdadero amor llega con el tiempo, cuando más allá de esos primeros momentos, lo pasas bien con la otra persona, sentís que querés estar con él no importa lo que pase, que lo añoras cada momento que no están juntos.
Muchos ven la punta de ese iceberg que se presenta antes ellos, brillante y hermosa, y apurados se sumergen en las frías aguas, como dejándose llevar por un espejismo.
El verdadero amor es mirar esa punta, disfrutar la vista, conocerla en todos sus ángulos y sumergirse despacio, sintiendo el agua en cada una de nuestras células. Recorrer toda la superficie de la enorme roca, encontrar los puntos en que nos parece hermosa y aquellos puntos que no nos gustan, pero que forman parte de ese gran hielo y colaboran con su majestuosidad.
Conocer a la otra persona nos hace amarlo. Conocer cada pliegue de su piel, cada tick que mueve su cuerpo. Saber cómo toma el café en el desayuno. Reconocer su punto débil y cuidárselo en lugar de atacarlo. Que te mire y te diga exactamente qué pensás. Que se acomode para dormir de manera que vos estés cómodo. Que te llame en el momento menos esperado para decirte las palabras justas. O que te llame en el momento más esperado y así y todo lo convierta en algo nuevo.
Porque el conocimiento da la posibilidad de elegir, y no hay nada más hermoso que el que te elijan y ser elegido.
Porque el conocerse te acerca a la otra persona creando una complementación que solo el tiempo la da.
Eso es para mí el verdadero amor.

Córdoba '09

3 de agosto de 2009

Un pequeño ensayo de un grande

A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: ¡Cuidado! El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: ¿Ya vio lo que es el poder de la palabra? Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor, que tenían un dios especial para las palabras. Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber como se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global. La lengua española tiene que prepararse para un ciclo grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de diecinueve millones de kilómetros cuadrados y cuatrocientos millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en los Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el verbo pasar tenga cincuenta y cuatro significados, mientras en la república del Ecuador tienen ciento cinco nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aun no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero, dijo: "Parece un faro''. Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que Don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es el color de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cereza que sabe a beso? Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempos no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo veintiuno como Pedro por su casa. En ese sentido, me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los ques endémicos, el dequeísmo parasitario, y devolvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una? Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que les lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis doce años.

Gabriel García Márquez

Tomado de La Jornada, México, 8 de abril de 1997



31 de julio de 2009

La Ladrona de Libros

No creo que pueda compararme a la Ladrona de Libros de Zusak. Evidentemente nuestras situaciones sociales e históricas son totalmente diferentes.
Pero yo también empecé leyendo a escondidas, y una vez quise realizar un gran robo, pero todavía no termino de concretarlo.

Cuando tenía unos 8 años, mientras intentaba dormir cada noche, observaba la pared frente a la cabecera de mi cama. Desde ahí, una larga y prolija colección de libros me miraba, quietita quietita, esperando a llamar mi atención. Y no tardó mucho en hacerlo.
Un día, estando sola, decidí fijarme qué eran todos esos libros tan igualitos, tan bonitos. No era cosa fácil fijarme, porque a esa edad era apenas una enana de jardín, llegar a cualquier estante era de por sí una aventura. Acomodé una toalla sobre la cama y encima puse una banqueta. Me encaramé sobre la escalera recién inventada. Todavía recuerdo el movimiento de la banqueta bajo mis rodillas, siempre estaba a punto de caer.

Llegué a las alturas.

Y ahí estaban, esperándome, la colección de libros de mi hermana mayor. Una colección variada, dividida y ordenada por género, desde las de detectives (marcados con un símbolo amarillo) hasta los libros de vivencias, historias reales (marcados con un símbolo rojo).
Yo estaba ahí, apenas hace un año que sabía leer, sin embargo tenía unas ganas locas de sacar uno de esos libros y practicar lo aprendido en el colegio.

¿Qué mejor manera de empezar que por el primer libro de la fila? "Las memorias de Sherlock Holmes". Quizás fue lo que se llama destino el que decidió que fuera ese el primer libro, porque la verdad, nunca pude volver a separarme del género policial, nunca.

¿Y dónde está la similitud con la Ladrona de Libros? Bueno, digamos que yo no consideraba que si pedía prestado el libro me lo iban a dar, así que cada vez que me quedaba sola en mi casa, armaba mi escalera, tomaba el libro del estante, leía en mi cama un rato y después lo volvía a poner en su lugar. Solo a veces me animaba a quedarme lo un par de horas, y por la noche lo escondía abajo de mi almohada, para que nadie lo viera.

El gran robo está por perpetrarse...... Hace años mi hermana se fue a vivir sola y la colección quedó en la casa familiar. Hoy, yo también vivo sola, y los libros me esperan en mi vieja casa, para que logre llevármelos, para que los vuelva a repasar, para que vuelva a leer uno por uno como hice a lo largo de mis años escolares.

Los dejo, me voy a urdir un plan para lograr el robo del siglo.

(foto de mi propia colección de Agatha Christie)

27 de julio de 2009

Juguemos

Un juego de palabras, un juego de miradas, el juego que es la vida, la aventura que representa. Se nos tira al laberinto, buscamos nuestro mejor camino. Lo encontramos, lo miramos, intentamos entenderlo, dilucidarlo, vislumbrar todos sus recovecos, pero obviamente eso no lo logramos hasta que no nos lanzamos a caminarlo.


¿Aquello que brilla es oro? ¿Qué es esa luz tan fuerte, tan blanca? Un alma, un suceso, la vida misma que vuelve a llamarnos a la aventura.



Como la novela mejor contada, con el desarrollo más intrincado, jugamos. A veces es un juego de intelecto, a veces es un juego de contacto físico, algunas veces es un juego de encastre, otras de arrastre. Pero nunca sabemos qué reglas nos va a dar la vida para la partida del día, del mes, del año, de toda nuestra existencia.


Solo jugamos y vivimos esta aventura como si fuese la última. Pero hay algo que sin duda es: la mejor.

21 de julio de 2009

Luego de uno de los días más lindos del año

POEMA A LA AMISTAD DE BORGES
(Fuente: http://lavidaencuatropalabras.blogspot.com)


No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes
actuar, pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti...
En estos días me puse a recordar a mis amistades mas preciosas.
Soy una persona feliz: tengo mas amigos de lo que imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la
alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y
cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la serenidad,
en estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tú.



No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el numero uno ni el numero final.
Lo que se es que te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero,
el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo:
Oré... y le agradecí a Dios por ti.
Gracias por ser mi amigo


14 de julio de 2009

Breathless

De vez en cuando la gente te deja sin respiración, el aire se corta, los pulmones se contraen. De vez en cuando una brisa fresca nos toca el rostro, nos acerca el calor del sol, nos roza suavemente y nos recuerda lo hermoso de la vida. Respiro hondo, siento que el aire llena mis pulmones, recorre cada parte de mi cuerpo, renueva mi sangre. Exhalo, largo todo, me siento libre.

De vez en cuando la gente te deja sin respiración, te sorprende, te maravilla. Porque la vida tiene
algo para quitarnos la respiración a cada vuelta del camino, cada día, lo importante es lograr verlo, saber abrir los ojos y los pulmones, saber percibir esos colores que nos indican algo maravilloso, saber percibir ese aroma que anticipa lo extraordinario.

De vez en cuando la gente nos deja sin respiración, sino fuese así, buscaría las cosas que me corten el aire por un segundo, que tomen mi pecho y me detengan en ese instante.


De vez en cuando la gente nos deja sin respiración y espero que siga siendo así por el resto de mi vida.

9 de julio de 2009

You Raise Me Up


When I am down and, oh my soul, so weary; When troubles come and my heart burdened be; Then, I am still and wait here in the silence, Until you come and sit awhile with me. You raise me up, so I can stand on mountains; You raise me up, to walk on stormy seas; I am strong, when I am on your shoulders; You raise me up... To more than I can be. You raise me up, so I can stand on mountains; You raise me up, to walk on stormy seas; I am strong, when I am on your shoulders; You raise me up... To more than I can be. There is no life - no life without its hunger; Each restless heart beats so imperfectly; But when you come and I am filled with wonder, Sometimes, I think I glimpse eternity. You raise me up, so I can stand on mountains; You raise me up, to walk on stormy seas; I am strong, when I am on your shoulders; You raise me up... To more than I can be. You raise me up, so I can stand on mountains; You raise me up, to walk on stormy seas; I am strong, when I am on your shoulders; You raise me up... To more than I can be. You raise me up... To more than I can be.

JOSH GROBAN




30 de junio de 2009

El Sol y las Flores

Dijo García Márquez que el amor es tan importante como la comida, pero que no alimenta.
Uy, ¿voy a tener que estar en desacuerdo con mi autor favorito?
Claro que alimenta, nutre el cuerpo, le da vida, brillo.
Otra autora que me gusta, Mayu Shinjo, dijo a través de uno de sus personajes que el amor es como el sol que ilumina a las flores, y hace que estás vivan y se renuevan.
A todo esto, Lady Eowyn dice:

El amor me alimenta, da energía a mi espíritu, vigoriza mis músculos, ilumina mi mirada, me da un aire de estar viva que nada más le puede dar.
El amor a la vida misma es ese sol que me despierta por la mañana, que calienta mi cuerpo y me impulsa a levantarme.
Cada célula de mi cuerpo se alimenta con un amor.
Mi cerebro, con el amor a la literatura, al conocimiento, al saber.
Mis ojos, con ese amor tierno y eterno a ese hombre junto a mí que los ilumina.
Mis piernas, con el amor a la energía, a la vida dinámica, al hacer.
Mis brazos, con el amor a los amigos, a la gente que abrazo, a quienes levanto entre mis brazos.
Dicen que el amor no alimenta como la comida, pero yo creo lo contrario, sino observen entonces esto que me da tantas fuerzas para moverme, para mirar el mundo y sonreír.

Mi adiós al Puto más Lindo

Fuente:  Diario Crítica de la Argentina, versión digital del 01.12.2008

No hay caso, es imposible ilusionarse con el hecho de que la gente se calme en los aeropuertos. Me toca viajar a menudo en avión y en vez de mejorar, la cosa empeora.

Ni bien uno entra a un aeropuerto ya nota el clima de histeria y demencia. Fíjense en los gestos y las expresiones, en las caras. Los ojos salidos, fuera de órbita, los ceños refruncidos, miles de papeles en las manos y discuten por todo, que dónde pusiste tal papel, que nos vamos por tal aerolínea, que sale a tal hora y no a esa que dijo la tía…

Corren como energúmenos llevándose todo por delante y nunca un permiso o perdón. Es gracioso sentarse a mirar los malabares que algunos tienen que hacer para llevar sus valijas: tienen tres o más colgadas del cuello, una en una mano y la otra, la grandota con rueditas, que se les vuelca al piso cada vez que la miran. Consejo de alguien que voló mucho tiempo: ¡no miren la valija que arrastran, se cae!

Al llegar al check in no encuentran el pasaporte y para buscarlo apoyan todo lo que tenían en las manos sobre el mostrador, carteras, bolsos, anteojos, lapiceras, celulares, pasajes, cigarrillos, llaves, etc. Apareció el pasaporte, estaba en el fondo de otro bolso... ¡Qué susto! El asiento de la salida de emergencia está ocupado, otro disgusto y más malhumor. Las valijas no tienen etiquetas, a llenar de apuro las cuatro etiquetas también sobre el mostrador. Se te caen los anteojos al piso. Terminado ese trámite, a tomar algo con el o los que te llevaron al aeropuerto, a hablar de pavadas y es un festival de frases hechas como, “¡Y bué, ya están!”, o “¡Qué emoción, ya casi están en el avión!”, o “¿No se olvidan nada?, ¿tienen la plata?, ¿los papelitos con los números de teléfono de Panchito…?”. Y seguro que algo faltaba.

Además, la gente piensa que en el lugar donde van no va a haber nada, ni pasta de dientes, ni calzoncillos, ni guantes, ni nada. He visto gente alarmada porque se había olvidado de empacar el traje de baño.

Luego llega el momento de subir y los esperan seguridad y Migraciones. En seguridad les suena absolutamente todo y, se saquen lo que se saquen, sigue sonando. Es realmente frustrante. En Migraciones, los nervios de que por alguna puta casualidad del sistema te confundan con un narco son agotadores. Es que uno siempre piensa que en algún lugar lo van a trabar. ¡No puede salir todo bien el día que te vas de viaje!

Llega el momento del free shop y el primer gasto al pedo, esos 350 dólares que jamás calculaste y ya te gastaste antes de salir. Es que una cremita, un perfumito, dos o tres cajas de puchos y un whiskicito importado tientan… Chau cálculos.

La subida al avión es otro suplicio. Los aviones cada vez tienen más asientos y era mentira el aviso enorme sobre la 9 de Julio que pregonaba “y ahora más espacio en turista”. El compartimento sobre tu asiento ya está ocupado y no tenés dónde meter la valijita chiquita con rueditas, esa que te dijeron que era ideal porque cabía en todas partes… Esa que es para llevar arriba porque tiene el tamaño del pasillo y de los asientos… Ya casi no hay más asientos de dos, así que si vas solo, te tocan dos extraños, y si vas con tu pareja te toca un extraño… El extraño siempre es un moplo.

Tenés la boca seca y el avión no arranca. Hace calor porque como está en tierra todavía no prendieron el aire acondicionado. Sofocante. La azafata pasa y no te mira. Pasa otra y no te mira tampoco. Pasa un azafato y pensás que debe ser macanudo. Te mira. Le pedís el vaso de agua y te dice que no, que “hasta que no despeguemos no se puede”.

Por la ventanilla ves que todavía siguen cargando valijas, y sigue subiendo gente y sigue subiendo gente. Y te cagás de calor y ya te morís de sed. Por eso, siempre recomiendo llevar una botella de agua (que deberá ser comprada cuando pasaste seguridad, si no te la sacan).

El avión no sale y pensás que es por vos, algo mal hiciste, encima cada vez que dicen “Pasajero tal” pensás que van a decir tu nombre, como en el colegio…

Finalmente, a los 20 minutos se empieza a deslizar hacia atrás, bajan las luces de la cabina, te relajás y llega el primer suspiro. ¡Empiezan tus vacaciones! 


Fernando Peña 

13 de junio de 2009

Al aire que respiro y a la tierra que me alimenta

Madre Tierra, píntame el mundo en el cuerpo. Hazme sentir la naturaleza en mi piel. Que ese verde en los campos brille a través de mis ojos y el olor de la brisa se deslice en mis suspiros. Madre Tierra, la maravilla de tu creación abruma mis sentidos. Apoyo mi mano sobre la corteza de aquel árbol, siento como la vida corre a través de él, escucho que intenta contarme sobre cosas antiguas, muy antiguas. Madre Tierra, me gustaría esconderme en tu seno, que me protejas con tu calor, sentir que tu Creación me rodea y me revitaliza. Madre Tierra, la cárcel de cemento me agobia, deseo ver el cielo y solo veo luces. Quiero llegar a tus raíces, quiero disfrutar de tus orígenes, quiero sentir la negra tierra bajo mis pies.

11 de junio de 2009

Nadie lo dijo mejor que Cortázar

Fuente: Rayuela, Capítulo 68, Julio Cortazar


Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias. 

10 de junio de 2009

Dicen Bécquer y Lady Éowyn

"Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama."

Es un fuego que me quema, que nace de mi pecho, recorre mis venas con la fuerza de mi propia sangre, oxigena mi cuerpo, le da nueva vida.
Es un fuego que se une al tuyo cuando nuestros cuerpos se tocan, cuando un simple beso roza mis labios, cuando tus caricias recorren mi cuerpo.
Es una sola llama que nos abraza, nos rodea. Pero no nos consume, sino que nos alimenta, nos brinda calor y luz, nos da energía para que la llama de cada uno sobreviva.

"Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata."

Porque el momento de la unión es gloriosa, porque los astros chocan en el cielo provocando que el Universo vuelva a formarse a nuestro alrededor.
Y la misma gloria trae la paz de las aguas, esa paz de las olas cuando llegan a la costa y se recuestan sobre la arena. Esa armonía entre los dos elementos que se funden, se compenetran, se entienden y no vuelven a separarse.

"Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas."

Dos almas que se encontraron por casualidad, se besaron por el destino, se abrazaron para nunca separarse.
Dos ideas diferentes, mentes tan diferentes, y esa diferencia es la que las unió. Porque se complementan, encastran tan perfectamente como cuando apoyo mi cabeza en el hueco entre tu hombro y tu cuello, cuando me decís que encaja tan bien que nunca la sacarías de ahí, salvo para besarme.

(Rimas XXIV)

2 de junio de 2009

Los Primos

En el libro que estamos leyendo actualmente (1), en el grupo de lectura en el que participo, un adolescente con Síndrome de Asperger, utiliza los números primos para dar orden a sus ideas, incluso los utiliza para numerar los capítulos del libro que escribe. ¿Por qué le gustan los números primos? Porque son lógicos y no hay manera de averiguar cómo funcionan. Gran contradicción. Cuando uno actúa de manera lógica, todo tiene que tener un sentido, una razón de ser, un mecanismo, un razonamiento, un proceso. Una de las definiciones de la RAE para "lógico" indica: "Dicho de un suceso: Cuyos antecedentes justifican lo sucedido.", con lo cual, cualquier acción lógica implica que esté justificada por sus causas.

Aquí entra la contradicción: no hay manera de averiguar cómo funcionan los números primos. Con lo cual, sus antecedentes no son justificables.


Sin embargo, son una constante, lo que da tanta seguridad como un razonamiento lógico. No pueden ser justificados, pero son tan exactos que no dejan lugar a la incerteza.


Ahí es donde le dan seguridad al protagonista, en esa imposibilidad de error, en esa seguridad de que esos números son tal cómo se los representan, en esa complejidad que encierra tanta simplicidad.


Otro punto por el cuál puede ser que le gusten los números primos es porque son números solitarios. Son números aislados del resto de los naturales. Solo pueden ser relacionados con el uno o con ellos mismos, ningún otro número los compone, no se complementan con nadie más.


Lo mismo le sucede a nuestro protagonista, aislado de la sociedad por un problema que ni siquiera la ciencia puede explicar (hay quienes dicen que el Asperger se hereda genéticamente, pero no hay una causa única identificable). Incapaz de adaptarse a un grupo de manera completa, naturalmente se marginan, solo pueden relacionarse consigo mismos, y aquellas relaciones que logran forjar son bajo sus propias y particulares reglas.


Pero son, existen, surgen esas relaciones, aunque sean tan particulares. Aunque al afectado por el síndrome le cueste identificar los sentimientos y reacciones del otro, aunque no comprenda algunos de sus actos o palabras. No puede mantenerse aislado, porque aunque sea solo en el número 1, las personas y los números primos buscan compañía.



(1) "El curioso incidente del perro a medianoche" de Mark Haddon.

30 de mayo de 2009

El Por Qué de este blog

Hace mucho que no escribo. Por falta de tiempo, por no saber qué escribir, por convencerme que esto no es para mí. Pero muchas cosas me llevan a hacerlo de nuevo. Si el Destino nos da las señales, quienes somos para ignorarlas.
Así que veremos que sale.

Mi orgullo propio me perdonará que los primeros escritos sean inspirados en las letras de otros, siempre fue más sencillo leer, aprender y luego procesar.
Pero quién sabe, quizás salga algo más que original.
Lo dudo.