6 de octubre de 2014

Desvaríos de un lunes por la tarde

Cuando uno tiene unos días sin trabajar, aunque se esté cursando en la facultad, es más fácil encontrar momentos para el disfrute. El problema es la vuelta a la rutina. El día 1 después de las vacaciones la verdad que me está matando. El trabajo es como una mala relación: cuando uno se pelea, al mes extraña a su pareja y recuerda todas las cosas buenas, se produce el reencuentro, la reconciliación y apenas 2 días después recordamos que cortamos porque era un desastre! La nostalgia solo nos hace recordar las cosas buenas, se olvida de las malas.
No es que mi trabajo sea malo, me gusta el rubro en el que estoy, dentro de todo me gusta la empresa en la que estoy, pero todo tiene sus altibajos. Y el mayor altibajo para mí es el desorden. Lo tengo bastante disimulado, pero puedo llegar a ser muy obsesiva, y pasar tantas horas al día en un lugar desorganizado me estaría empezando a afectar. No hablo solo de un desorden físico, que lo hay, sino también de algo estructural. Me encanta trabajar en una empresa donde somos pocos, nos conocemos entre todos y la política es de puertas abiertas porque casi no tenemos puertas, pero en este tipo de estructuras hacen que muchas cosas recaigan sobre poca gente, y en mi afán de mantener todo organizado, suelo sobrecargarme más de lo que debería. Y aunque no lo haga a propósito, las circunstancias no me dejan otra opción.
Conclusión: necesito encontrar formas para que esto no me afecte, para no estresarme, porque en definitiva esto es un trabajo lo que tiene que preocuparme realmente son cosas de mi propia vida.
¿Consejos? Escucho.

4 de octubre de 2014

Tan simple como esto

Mi disfrute del día de ayer fue haberme sentado a escribir en este blog, haberme sentado a escribir, punto.
Es algo tan básico, algo que me saca tan poco tiempo, pero que sin embargo cajoneo siempre. Ojo, que sea básico y rápido no significa que sea fácil. En general cuando tengo una idea en la cabeza del estilo blog, es algo que fluye directo al teclado, sin tiempos muertos en el medio. Obvio que es muy distinto cuando intento escribir ficción, mi mayor lucha.
Recuerdo cuando tuve la oportunidad de asistir al taller de escritura, nos daban todas las semanas consignas para que usemos de base para cualquier tipo de texto que queramos escribir. Al principio llevé creaciones al estilo blog, microtextos los llamaba el profesor. Pero la idea, el desafío, estaba en poder escribir cuentos. Costó pero salió, antes de terminar las clases había logrado escribir un cuento de 3 carillas, muchísimo para alguien acostumbrada a la brevedad de una entrada. Algún día volveré, por ahora me quedo contenta con mis pequeñas entradas, mis pequeñas ventanas a mi día a día, sin demasiada vuelta, sin demasiada técnica, así como salen.
Por ahora, y como siempre, este blog es un pequeño gran disfrute para mí.


3 de octubre de 2014

En tiempos difíciles, estrella polar


Él es un placer que a veces olvido que lo es, porque lo llevo a todos lados, metidito en mi celular, sale de vez en cuando en un modo aleatorio, o porque me tiento de tenerlo cerca. A veces me olvido de lo que me genera, hasta que de golpe me acuerdo, y lo disfruto como uno de mis mayores placeres.
Él me contó al oído la frase de mi primer texto, me dijo que últimamente andaba perdida, que me vencían viejos fantasmas, pero también me dijo que sucede que a veces algo te eriza la piel y te rescata del naufragio.
Me enseñó que los peces no tienen memoria a largo plazo, y que lo que más humanos nos hace es luchar contra el olvido, alejarnos de la posición de peces desmemoriados.
Y hoy me cuenta sobre el paso del tiempo, sobre las cosas que perdemos, sobre lo que fuimos, lo que somos, aquello que alguna vez soñé con tener y hoy ni siquiera añoro.
Él sigue siendo uno de mis mayores placeres, el hombre que me canta al oído cada mañana que el vértigo se apodera de nuestras vidas de manera inexorable, que todos soñamos con huir al sur para empezar de nuevo, que para absolutamente todo la excusa más cobarde es culpar al destino.
Él siempre me recuerda que no estaré sola.

1 de octubre de 2014

Haciendo del disfrute algo diario

Hoy tuve la oportunidad de vivir una experiencia que me llenó la cabeza, me llenó el espíritu, me energizó de manera completa. Hoy pude participar del TEDxRiodelaPlata 2014. Para quienes no sepan de que se trata esto, el concepto básico es que TED es un movimiento que se dedica a difundir ideas (http://tedxriodelaplata.org/%C2%BFqu%C3%A9-es-ted). Así como suena, así de sencillo, difundir ideas. ¿Ideas sobre qué? Sobre cualquier cosa, lo importante es que en charlas de entre 9 y 14 minutos, distintas personas hablan sobre un tema para abrir la cabeza de quienes los están escuchando. Puede ser sobre una problemática, puede ser una experiencia de vida, puede ser un hecho científico. Lo importante es sentarse y escuchar, abrir la cabeza y dejar que las ideas fluyas. Porque fluyen, si bien es una charla unilateral, un monólogo (con alguna esporádica participación del público), las ideas salen del orador y quedan dando vueltas por la sala, nos entran por un oído, se estacionan en nuestro cerebro, se despiertan un rato, dan una vuelta por ahí y no nos abandonan.
Hubo una cosa que me quedé pensando hoy, y no tiene que ver con ningún tema que hayan tratado en las charlas, y es cuanto tiempo le dedicamos al día, cuanto tiempo le dedico yo, a hacer cosas que nos gratifican, que disfrutamos realmente. O sea, yo trabajo de lo que me gusta, por suerte, y eso me hace feliz, pero llega un momento que uno hace todo de manera tan automática y cotidiana, que deja de darse cuenta de los buenos momentos que eso implica. ¿Hace cuánto que no festejo cubrir un puesto? Y cuando festejo, además de hacerlo porque el cliente se queda contento, ¿no debería alegrarme por haberle conseguido trabajo a alguien? ¿no es esa en definitiva la razón de ser de mi tarea?
Más allá del trabajo, que es a lo que me enfrento a diario, ¿qué más hago en mi día porque realmente disfruto haciéndolo?
Así que quizás esta es una iniciativa, no quiero prometerles ni prometerme nada, porque el tiempo es tirano (como dicen en la tele), pero ojala pueda cumplir tomarme un momento de cada día para hacer algo que me haga feliz, y trataré de documentarlo por acá para guardar testimonio.
Muchas otras ideas me quedaron dando vueltas de la experiencia TEDxRiodelaPlata, si alguna se concreta, seguiré informando.