31 de diciembre de 2012

Casablanca

Espero nunca ser tan cobarde como Ilsa Laslo ni tan gallarda como Rick Blaine, que mi amor egoísta valga más que las distancias, y que estás últimas nunca crezcan. Porque sacrificarse por amor para mí no significa amar más, porque amar lo que perdimos no es menos cobarde que amar lo que nunca tuvimos.
Porque de todos los garitos de todas las ciudades del mundo, él entra en el mío y me enfrenta cara a cara con mi destino, con mi deseo, con aquello que quiero y nunca podré tener. Pídeme cualquier deseo, poco te puedo ofrecer.
¿Quienes eres realmente? ¿Y quien eras antes? ¿Acaso importa? ¿Es una cuestión de no hacer preguntas o solo no hacer aquellas que no tienen respuesta? ¿Importa quien era cuando dejo de serlo por el solo hecho de estar contigo?
Y él la espera con su gabardina en un París lluvioso, al borde de una vía de tren que lo llevará lejos, pero no tan lejos como ella lo apartó.
Ella ilusa le pregunta: ¿Pero que pasará con nosotros? Siempre tendremos París. Siempre tendremos algún recuerdo imborrable que habla más que mil palabras, que significa mil imágenes.
Que no haya más despedidas que no soy Ilsa Laslo ni tu Rick Blaine, ni yo soy tan idiota, no te dejaría ir.

No balance

Terminemos así el año, de forma sencilla, acá los dos solos: vos mi blog, yo tu creadora. Sin balances, sin resúmenes, solo las mismas ideas sueltas y locas que siempre hubo, hay y habrá entre nosotros. Esas ideas que siempre llegan a mí, vaya a uno a saber de donde. Inspiración divina algunos dicen, otros obras de los astros. Yo solo digo que son mías y al ponerlas acá, tuyas también.
Me gustaría empezar el año que viene también así, escribiendo. Con ideas seguro lo empiezo, si hay algo que no deja de funcionar nunca es mi cerebro con las cien ideas que dan vuelta adentro al mismo tiempo.
Por eso vuelvo al principio, y despido el 2012 de una forma sencilla pero no por eso menos desprovista de significado, los dos acá, haciéndonos eterna compañía, en una hermandad cerebro-palabras, ideas-ideas.
Dos personas, en momentos y situaciones distintas, me dijeron: el 2013 es tu año. Que así sea! Que todos los años sean mi año, el 2012 lo fue, que el que viene lo sea más. Los años no son nuestros por destino, sino que nos los tenemos que ganar, tenemos que luchar para hacer de cada día un día especial, que valga la pena, importante a su manera.
Sin balance, sin resumen, solo mi blog y yo, cerrando un año más, como muchos que pasaron, como muchos que vendrán, mío.