23 de diciembre de 2010

What if...

"Yo me quedé con más ganas de juerga, lo ví todo desde la puerta", si bien es una frase referida a una historia concreta lejos de las que yo puedo llegar a contar, me viene como anillo al dedo para otra de mis muchas disertaciones sobre el qué hacer y qué no hacer, cuando parar y si es que hay que parar.

¿Tiene sentido ver todo desde la puerta, desde afuera? El otro día en una película decían que  no hay peor frase que el "what if...", que si bien no es la traducción literar quiere decir: "qué pasaría si..."

Si bien uno no puede andar por la vida a lo bobo, dando tumbos y pasos en falsos, lanzándose a cada vacío que se le presenta, tampoco puede vivir detrás de una ventana mirando como la vida pasa por enfrente, con miedo constante al fracaso o a sufrir.

No hay nada peor, realmente, que quedarnos pensando que hubiese pasado si las cosas hubiesen sido distintas. Cuando esa diferencia depende de nosotros, a veces debemos dar un salto de fe y confiar en nuestro instinto más que en nuestro sentido de supervivencia.

Sí, muchos palos me dí por tener esta filosofía, pero también muchas cosas disfruté. Y como ya dije, no es cuestión de ir a tontas y locas, nadie más contrario a eso que la Srita. Estructura. Pero sí ponerle a las cosas su justo peso, no dejar que las oportunidades se nos vayan de la mano solo por el What If.

Son muchos los golpes que llevo encima, algunos más recientes, otros durante años y de manera repetida, pero no me arrepiento de ninguno de mis actos. A veces cuesta más levantarse, pero siempre cuesta menos si miramos para atrás y nos damos cuenta que en su momento seguimos nuestros sentimientos y nuestras convicciones, que quizás algo en el camino falló, pero que fuimos siempre fieles a nosotros mismos y nos dimos la oportunidad de algo fundamental: SENTIR.

22 de diciembre de 2010

Finalizando

Me armo y me desarmo miles de veces. La estructura se cae, me tambaleo por momentos, pero ya no cuesta tanto volver a armar algo de lo que me queda y lo nuevo que surje. El volver al ruedo causa una sensación de gratificación de igual intensidad que la angustia que causa el caer.
Pero como dije en su momento: que se me caiga la estantería encima, está bueno de vez en cuando.
Porque esta bueno volverse a armar, poder volver a mirar las piezas por separado y descubrirlas de una nueva manera.
Hasta hace un año, aproximadamente, toda mi estructura no dependía de mí, dependía del otro. El problema era que ese otro no quería hacerse cargo ni de una parte de ello, lo que en realidad es lógico, porque la única que tiene que hacerse cargo de eso soy yo.
Así que de a poco fuí poniendo todo sobre mis hombros y despacito despacito empecé a caminar con todo eso sobre mi espalda. Al principio costó horrores, pero de a poco me acostumbré a la marcha y le tome el gusto a hacerlo.
Hoy por hoy no cambio por nada esa manera de caminar. Si me pierdo en la multitud, en el caos, en la sociedad, en el otro, si me pierdo aunque sea un segundo, todavía tengo atada mi soga al final del laberinto que me devuelve al lugar de donde partí, a la luz que mis propios ojos pueden ver.
Con esto no me quiero hacer la fuerte, tengo mis momentos de debilidad, mis trabas y mis falencias, muchas ellas. Sin embargo, si tengo que pensar en donde estaba hace exactamente un año, fue muchísimo el camino recorrido y creo que por la buena senda.
Este año me quiero y me respeto más a mí misma, y conocíendome, no hay mayor logro que ese.

10 de diciembre de 2010

Y que no se pare, que ni siquiera hable

“Deja que esta noche tus pies anden descalzos, no los pares si empiezan a correr” (*), porque el correr es libertad, es sentir que el cuerpo puede moverse más rápido que lo que la mente lo hace. Y sentir debajo de eso lo que nuestros pies tocan aumenta esa sensación de libertad, de liberación de cualquiera atadura que esta turra vida racional nos impone.

La base está, la base siempre existe, es esa línea de largada que nunca queremos perder de vista y a la que siempre regresamos cuando perdemos el camino. Pero sin embargo la ruta nos depara tantos obstáculos, tantos vallas por saltar que no esperamos, tantas bifurcaciones que se escapan a nuestra visión.

Me gusta creer que tengo el camino claro, o que por lo menos que puedo armar previamente el mapa de acuerdo a mis necesidades. Pero también me gusta creer que puedo encontrarme a mitad de camino un manojo de flores frescas y puedo detenerme a olerlas sin pensar en las consecuencias.

Me gusta creer todo eso, pero estoy en dudas si es realmente tan así. Quizás esta máscara de raciocinio que me calcé no es la que mejor me queda, o quizás me tapa parte de la visión y no me deja ver más allá.

O quizás no, quizás estoy tomando las decisiones correctas.

No lo sé.

Sé que hasta ahora esta actitud me está haciendo bien. Quizás la vida en su totalidad no me está saliendo como yo lo soñé, en muchos aspectos esto es real, pero sin embargo todo lo que se me está dando me está haciendo bien a mí, no será mi utopía ideada en sueños bajo el sol, pero no hay dudas de que la vida que me está tocando, y la ruta que estoy transitando, y hacerlo de la manera en que lo hago, me está haciendo bien.

 

 

(*) Estopa, Hemicraneal

7 de noviembre de 2010

Y en mi cabeza tarareo por décima vez la misma canción

Paz... La noche invita a escribir una y mil frases. La noche siempre invita al silencio, a los pensamientos, a los suspiros.
Ese aire que entra por la ventana recuerda al viento que nos golpea en cada esquina, nada tan refrescante como esa brisa.
Pero los ruidos que vienen de la calle siempre nos devuelven a la realidad, al cuerpo cansado, a los ojos que arden porque necesitan reposar, aunque no sea eso lo que queramos.
Cierro los ojos y escribo, como hago siempre que puedo. Esas mil frases, como siempre, se agolpan en mi cabeza, se cruzan con otras mil frases que salen del alma, se juntan todas en mis manos, alcanzan la punta de los dedos, pero no logran transcribirse, concretarse, salir al exterior.
Tendrían que existir un lector de mentes, un aparato que nos muestre en imágenes aquello que está rondando nuestras ondas cerebrales.
"Si doña, ¿ve esto? Es que usted está pensando en lo cómodo que es este sillón y eso le genera bienestar y le trae recuerdos de aquel almohadón que usaba para sentarse en el pasto a ver las nubes pasar", "Claro, y esas nubes le hacían pensar en animales, en seres mitológicos, en barcos surcando la inmensidad azul del cielo".

27 de octubre de 2010

Derecho al silencio Por Mori Ponsowy

Hace algunos meses descubrí una piscina en la que mantienen el agua limpia mediante un proceso de ozonificación y sal que no requiere el uso de cloro. La primera vez que me zambullí me pareció que yo era una medusa flotando ingrávida en el mar o, más aún, un organismo unicelular de hace millones de años, de esos que dieron origen a la vida. El sabor de la sal en los labios, el olor del aire puro al salir a la superficie, el silencio sordo bajo el agua, hicieron que se me ocurriera la idea de todo un poemario orbitando alrededor del origen de la vida, ese milagro, ese azar incomprensible.
La alegría duró poco. Parece que el primer día había tenido suerte, porque la segunda vez que fui ya no había silencio, ni dentro ni fuera del agua. La tercera tampoco. Dos altoparlantes invadían el ambiente con rock, cumbia, pop o folklore. Eso sí: clásica, jamás. Si había niños en la piscina, hasta podían sonar canciones tan estridentes como En el auto de papá o La gallina turuleca. Increíble, pero cierto. Como si los niños necesitaran ruido para divertirse.
Antes de decirle adiós a las medusas y al poemario, y sabiendo que ahí ya no haría ni un amigo, pues me crearía fama de huraña, pregunté si podían apagar o, al menos, bajar el volumen de la música. La primera vez me miraron extrañados, pero poco después tuve la suerte de encontrarme con personas sensatas, y ahora, si no hay nadie más en la piscina, el gentil salvavidas apaga la música cuando llego o, al menos, le baja el volumen.
Lamentablemente, uno no siempre se topa con gente como ese salvavidas amigo. A pesar de que la música ambiental es una invasión a la privacidad y a nuestro peculiar monólogo interior, es frecuente que ni siquiera nos sintamos con derecho a pedir silencio. La música, a diferencia de otros sonidos, transmite emociones contagiosas. ¿Por qué debemos permitir que otros nos impongan sentimientos que no son los nuestros? ¿Qué sucede si un ciudadano ha perdido a un ser querido o si, simplemente, quiere estar en paz con sus pensamientos, y de los parlantes del lugar donde entra a comprar un pan tibio que lo calme sale cumbia villera? ¿No es eso una falta de respeto a la privacidad individual?
A diferencia de la vista y del tacto, el oído es un sentido del que no nos podemos sustraer: las ondas sonoras llegan a nuestro cerebro querámoslo o no, y no existe mirar hacia otra parte o retirar la mano que se quema. Como muchas otras características de las sociedades contemporáneas, la omnipresencia de la música de fondo quizá se deba a que el hilo musical hace que los consumidores, sin darse cuenta, pasen más tiempo mirando las vidrieras y que, por ende, compren más. En los McDonald´s, por ejemplo, suelen poner música rápida durante las horas pico para que la gente se mueva más de prisa y deje las mesas vacías en menos tiempo. En horas de menor movimiento, en cambio, pasan música más lenta para que los clientes se queden y consuman más.
En algunos países ya hay grupos que abogan por la prohibición de la música en lugares públicos. Una de las tácticas recomendadas es abandonar el negocio, no sin antes comentarle a algún vendedor que habríamos comprado algo si la música no nos hubiera ahuyentado de ahí. También se puede usar, cuando lo hay, el libro de quejas, para dejar constancia de nuestro fastidio.
Susan Sontag afirmaba que una plaga de nuestro tiempo es la tendencia a la uniformidad, la ausencia de contrapuntos y de una fricción intelectual lo suficientemente fuerte como para despertar el cuestionamiento a los poderes y a las modas imperantes. Pertenecer al rebaño es una necesidad humana. Sin embargo, no ser igual a los demás no debería avergonzarnos, entre otras razones, porque la mayoría de las veces hay muchos como nosotros que tampoco se sienten iguales, pero que permanecen en silencio por temor a incomodar con sus diferencias. Estoy segura de que, aunque nadie más lo diga, no soy la única nadadora que prefiere paz mientras está en el agua.
Mi poemario va mucho más lento de lo que quisiera. Sólo me convierto en medusa los días en que no hay gallinas turulecas ni heavy metal en la piscina. De todas maneras, estoy segura de que algún día lo voy a terminar. Entre todos los poemas habrá uno plagado de asombro por esos seres unicelulares que una vez fuimos, y que del vasto silencio del fondo del océano pasaron a poblar la tierra y a acabar, no sólo con selvas y sabanas, sino también con la calma del agua y el asombro ante el cielo estrellado.

24 de octubre de 2010

Quizás

Las frases se me escapan de la mente. Me tocan un segundo y se van. Solo quiero lograr llegar al teclado a tiempo para poder plasmarlas de alguna manera, pero no lo logro.

Será falta de inspiración, será falta del humor adecuado para escribir, quien sabe qué será. Pero es.

Creí que el llegar a un estado mental sano y feliz me iba a ayudar a escribir más y quizás mejor. Pero al fin y al cabo me está costando más que antes.

Quizás porque no sé que quiero decir ni tampoco cómo. Quizás porque hay cosas que no quiero poner en palabras o no quiero pensarlas.

Como si tuviera un dique en mi cabeza, que para las ideas y no las deja salir. Un dique que mi propia cabeza construyó para no pensar todo tanto, porque cuando pensaba mucho no salía bien parada, porque las ideas que fluían solo removían el fondo ensuciando todo.

Quizás es simplemente el cansancio de fin de año, el agotamiento mental acumulado de meses de duro trabajo. Pero quien me quita lo bailado este año, cada gota de sudor valió la pena para alcanzar la paz mental que hoy tengo conmigo

21 de octubre de 2010

Últimamente ando con una laguna

“Mi dulce memoria ha sido enterrada a los pies de un árbol hendido” (*), esa memoria que constantemente me falla, que me hace perderme en su laberinto sin encontrarme jamás.

Es difícil recordar cuando uno se olvidó como hacerlo, cuando fue más fácil callar los ecos de las habitaciones vacías para poder seguir mirando adelante, y ahora nos olvidamos de las voces.

Es difícil haber luchado por no recordar día a día y ahora intentar hacerlo aunque sea una vez al año.

Ya no recuerdo tu voz, solo ese murmullo de los últimos tiempos cuando apenas podías llamarme de una habitación a otra. Ya no recuerdo tu cara antes de que toda imagen se deformara.

Quiero recordar algún suceso donde seas más, donde pueda ponerte en ese lugar que te corresponde y del que tuve que sacarte a la fuerza hace tanto. O quizás nunca llegué a colocarte ahí y ese es el problema.

Como recordar un rol que para mí jamás existió. Como considerarte de cierta manera si nunca pude ponerte ahí.

Y acá es cuando me vuelvo fría de nuevo, donde veo las cosas de manera concreta y las pongo en su justo peso. Donde no hay memoria que me alcance porque no tengo memoria para ser alcanzada. Donde el recuerdo deja de valer porque nunca pude darle peso.

"Una vez alguien me dijo que los peces no tienen memoria, que en apenas unos segundos olvidan lo que han vivido momentos antes. La memoria de hombres y mujeres me recuerda a menudo a la de los peces, hombres y mujeres que olvidan su historia, lo que han sentido, hombres y mujeres con amnesia abocados a repetir los mismos errores..." (*)

 

(*) Ismael Serrano

4 de octubre de 2010

Las palabras de un gordo sabio

Tu necesidad termina cuendo esta satisfecha la del otro. La verdadera felicidad es ver felices a los que te rodean.

Las palabras de un gordo sabio

Tu necesidad termina cuendo esta satisfecha la del otro. La verdadera felicidad es ver felices a los que te rodean.

Meredith Grey 7x2

If you are in just the right place at just the right time you can take a hell of a hit and still have a shot at surviving.

23 de septiembre de 2010

Estudios sobre el amor (5)

En el régimen normal, la cosa atendida ocupa unos momentos ese centro privilegiado, del cal es expulsada pronto para dejar a otra su puesto. En suma, la atención se desplaza de un objeto a otro, deteniéndose más o menos en ellos, según su importancia vital. Imagínese que un buen día nuestra atención quedase paralizada, fija en un objeto. El resto del mundo quedaría relegado, distante, como inexistente, y, faltando toda posible comparación, el objeto anómalamente atendido adquiriría para nosotros proporciones enormes. Tales, que, en rigor, ocuparía todo el ámbito de nuestra mente y sería para nosotros, él solo, equivalente a todo ese mundo que hemos dejado fuera merced a nuestra radical desatención. Acaece, pues, lo mismo que si aproximamos a los ojos nuestra mano: siendo tan pequeño cuerpo, basta para tapar el resto del paisaje y llenar por entero nuestro campo visual. Lo atendido tiene para nosotros ipso facto más realidad, más vigorosa existencia que lo desatendido, fondo exangüe y casi fantasma que aguarda en la periferia de nuestra mente. Al tener más realidad, claro es que se carga de mayor estima, se hace más valioso, más importante y compensa el resto oscurecido del universo.

17 de septiembre de 2010

Estudios sobre el amor (4)

Formulada con alguna cautela, pero ateniéndonos rigurosamente al pensamiento de Platón, su idea es ésta: en todo amor reside un afán de unirse el que ama a otro ser que aparece dotado de alguna perfección. Es, pues, un movimiento de nuestra alma hacia algo en algún sentido excelente, mejor, superior.

Estudios sobre el amor (3)

Como Fichte indicaba, filosofar quiere decir propiamente no vivir, lo mismo que vivir quiere decir propiamente no filosofar. ¡Delicioso poder de ausentarse de la vida, de evadirse, por una virtual dimensión que el filósofo posee y que percibe eminentemente cuando parece ingenuo a la mujer!

14 de septiembre de 2010

Ortega y Gasset – Estudios sobre el amor (2)

La mayor parte de los hombres muere sin haber gozado jamás una auténtica emoción de arte. Sin embargo, se ha convenido en aceptar como tales el cosquilleo que produce un vals o el interés dramático que un novelón provoca.

Por miles de noches estrelladas

¿"Puedo escribir los versos más tristes esta noche"? No, la verdad es que no puedo, aunque sé que me tendría que sentir triste, que tendría que sentirme desolada, que tendría que expulsar tantas cosas de mi alma.Pero no puedo sentirme triste, tengo esta esperanza que me hierve dentro del pecho, estas ansias de vivir que no me dejan bajar los brazos ante nada.
"La noche está estrellada y ella no está conmigo", así y todo no puedo dejar de sonreir. Porque existe alguien así, porque esto me demuestra que aun estoy viva, que todavía tengo la capacidad de sentir, y de sentir cosas nuevas y extraordinarias.
Durante mucho tiempo me dejé llevar por esas noches estrelladas, donde los astros cruzaban el azul del cielo, donde mis ojos solo miraban el techo sin saber nada más del mundo. Pero ese tiempo quedó detrás, hoy siento otras cosas y quiero seguir sintíendolas mientras la existencia me lo permita.
Quizás la mía no es la mejor historia, quizás lo que me pasa podría llenar una novela, quizás si a alguien le contara lo que pienso y siento se compadecería de mí. Pero no se preocupen familiares y amigos, esta vida me sonríe aunque lo haga de costado, aunque me ponga cara sería me está guiñando un ojo. Y yo no pienso dejar de mirarla directo a la cara.



(Lo que está entre comillas es de Neruda)

13 de septiembre de 2010

Ortega y Gasset - Estudios sobre el amor (1)

Esta opuesta intención de ambos efectos se manifiesta en otra forma: en el amor nos sentimos unidos al objeto. ¿Qué significa esta unión? No es, por sí misma, unión física, ni siquiera proximidad. Tal vez nuestro amigo -no se olvide la amistad cuando se habla genéricamente de amor- vive lejos y no sabemos de él. Sin embargo, estamos con él en una convivencia simbólica -nuestra alma parece dilatarse fabulosamente, salvar las distancias, y esté donde esté, nos sentimos en una esencial reunión con él. Es algo de lo que se expresa cuando, en una hora difícil, decimos a alguien: Cuente usted conmigo -yo estoy a su lado-; es decir, su causa es la mía, yo me adhiero a su persona y ser.

5 de septiembre de 2010

Tengo un duende en el bolsillo

“Tendrás que aprender a escuchar al duende que está ahí en ti” (*), duende, conciencia, mente, espíritu, alma, eso que nos dice: movete, movete, movete. Que nos suspira al oído las cosas que a veces no podemos escuchar nosotros mismos, o solo que no queremos escucharlas.

Yo soy de las que creen en escuchar a ese duendecito que tenemos dentro, a esa magia que nos golpea en el pecho y que nos impulsa a hacer cosas diferentes, maravillosas para nosotros mismos.

Creo en la magia misma de lo que me dicta el corazón, en el poder de mis ilusiones y deseos, en luchar por algo con todas mis fuerzas sabiendo que quizás pierda en el camino, pero que valió la pena lo vivido.

“No es fácil elegir dos mil formas de vivir, dos mil formas de sentir” (*), porque cada segundo se abre un nuevo camino ante nosotros, cada decisión que tomamos, cada paso dado. Siempre que miramos hacia adelante nos encontramos con miles de bifurcaciones que nos llevaran a lugares inesperados. Coraje, elegí aquella que más feliz te haga aunque sea en pendiente ascendente, cuando llegues arriba vas a ser más fuerte que antes.

 

(*) La Oreja de Van Gogh – Dos cristales

4 de septiembre de 2010

Solo frases

"A veces al hablar de mi vida termino por romper a llorar, supongo que es asi como empiezo a ocultar lo que quiero decir de verdad". La Oreja de Van Gogh (Alguna de mis noches)

 

“Tengo tantas cosas, tengo todas en mi mente” (*), tantas cosas que necesito decir y que no encuentro el como, tantas cosas que sentir y sin saber cómo hacerlo.

Cuando uno empieza a vivir se encuentra con muchas maravillas que le quitan la respiración, se encuentra con mil cosas ante sus ojos, ante una luz diferente. Y es difícil saber que hacer con tantas cosas.

Tener muchas ideas, tener muchos pensamientos, tener muchos sentimientos no siempre sirve, si no se sabe como expresarlos. Tener tanto cariño para dar y nadie que lo reciba duele casi tanto como no tener nada.

 

 

(*) La Oreja de Van Gogh -  Inmortal

31 de agosto de 2010

Climbing the mountain

“Muchos fracasos de la vida han sido de hombres que no supieron darse cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se rindieron.”(*). Yo no creo en los éxitos, creo en los procesos, en los caminos, en los pequeños logros que nos siguen moviendo cada día.

Siempre tengo en mi mente una meta, un objetivo, aquello grande que me moviliza a un fin determinado. Pero alcanzar esa meta no lo considero un éxito, sino el principio de otro camino, otro obstáculo salvado, otra experiencia ganada, más información en mi mochila de vida que me hace crecer, superarme, ser más sabia, poder afrontar las nuevas metas y obstáculos de otra manera.

Si solo nos quedáramos con el éxito seríamos conformistas. Quizás me digan que ¿cómo puede una persona que busca el éxito ser conformista? ¿No es acaso lo contrario? Para mí no, porque quedarnos con ese éxito y regodearnos en él es conformarnos con aquello que logramos sin desear más.

No invito con esto a la rendición, al contrario, invito a la auto superación, a seguir caminando mirando siempre un objetivo diferente frente a nosotros.

¿Cuánto tiempo tardé en darme cuenta de esto? Demasiado, más de lo que me hubiese gustado. Pero hasta que no me di cuenta no pude saber lo que me estaba perdiendo. Hasta ese momento no tenía objetivos, o por lo menos no tenía en claro lo que eran para mí.

Y ahora que puedo hacer este análisis no me canso de ponerme metas, líneas de llegada y de nueva partida. Suele suceder que a mitad de camino el rumbo se desvía y encontramos otras metas, otras finalidades, y el poder seguir esos caminos y no quedarnos en el primero es lo que nos permite realmente crecer, madurar, ser más de lo que nosotros mismos creemos que podemos ser.

 

 

(*)Thomas Edison.

Memento Vivere

Y la lluvia cae otra vez sobre Buenos Aires, sigue corriendo el agua por las calles, sigue pasando la vida minuto a minuto. No te pierdas de lo que te puede pasar, si ya no la recorrés de la misma manera.
Acordate de vivir, acordate de respirar y disfrutar cada bocanada. Pero que ese disfrute no sean solo palabras, que no sea solo esa sonrisa que tan fácil sabés retratar en tu rostro. Que ese disfrute sea interno, que las ideas dejen de rondar y enredarse, que veas el momento y lo aprecies tal como es.
Y el agua sigue corriendo por las calles, y la vida sigue pasando y no se detiene solo porque queremos o solo porque no logramos alcanzarla. La vida es dura y larga, y lo importante de esa frase es que es larga, larga para apreciarla, larga para que podamos saborearla. Y así y todo nos queda corta, y se escurre entre las manos como ese agua que cae del cielo.
Así que a beberla, gota a gota, refrescando nuestra garganta como solo las experiencias vividas pueden hacerlo.
¿Y yo voy a estar acá esperándote hasta que te acuerdes de vivir? No lo sé, vos me dirías que no lo haga, que salga y viva yo sola. Pero sola no es una palabra que me guste y menos si sé que estás ahí afuera.

20 de agosto de 2010

Reflejos perdidos - Javier Bergia

Observo cómo pasa el tiempo
frente al televisor rancio, sin contenido
detrás de un montón de reflejos perdidos.

Arena dura en tiempos de amor, besos desesperados,
bellas canciones de Pablo Guerrero.

Siempre me gustó por cierto tu sonrisa
Nunca olvidaré la magia de tus ojos.
Yo era un poco lento y tú ibas tan deprisa.
Delicados besos de tus labios rojos.

La radio salta y dan las siete en el despertador.
Mayo viene con flores, junio con nuevos colores.

Café con leche y tu llamada en el contestador.
Como una melodía llega tu voz a mi alcoba vacía.

Siempre me gustó por cierto tu mirada.
Nunca olvidaré el sabor de aquél aviso.
Yo era un poco torpe y tú ibas tan lanzada
que me dabas miedo y te pedí permiso.

Febrero sale por la puerta sin decir ni adiós.
Marzo vendrá lluvioso, abril soleado y celoso.

La tierra es una mandarina y un pomelo el sol.
Tú eres mi caracola, una caricia en la orilla.

Siempre me gustó por cierto tu sonrisa.
Nunca olvidaré el perfume de tu pelo.
Yo era un poco niño y tú eras tan chiquilla.
Yo te hablé de amor y me llevaste al cielo.

31 de julio de 2010

Segunda disco: La Memoria de los Peces

Que no decir de este disco! Lejos, mi CD preferido. Para empezar fue el primer CD que me compré con mi propio sueldo, de hecho fue el primer CD que me compré en mi vida. Además contiene mis dos canciones favoritas de Ismael: Últimamente y Recuerdo. Sobre la primera escribe hace muchos años un texto, quizás el que más tiempo me llevó escribir, así que se imaginarán lo personal que es para mí, por lo cual solo se lo muestro a gente realmente importante en mi vida. Y sobre Recuerdo, se les dejo acá para que ustedes mismos aprecien la belleza de esta canción, tan triste como hermosa.
¿De qué nos habla? Nos habla de la memoria, pero no de la memoria de la cabeza, sino de la memoria del corazón, del alma. Esa memoria que a veces no puede jugar malas pasadas, como le pasa al protagonista de la canción. Que a veces nos confunde, nos lleva a ver cosas que no son, o que quizás son solo porque queremos que así sea.
No me sale escribir tanto de su letra como con Caperucita porque es una letra con la que no logro identificarme, nunca me pasó nada similar. Sin embargo, como romántica incansable que soy, no puedo dejar de apreciarla.
Les dejo quizás la mejor versión, con la introducción que hizo Isma en su última gira. Con ustedes, Recuerdo:

30 de julio de 2010

"Atrapados en azul", su primer disco --- 16 días

Antes que nada les dejo mi tema favorito del primer disco de Ismael Serrano, Caperucita.
Esta canción no solo tiene una melodía hermosa sino que nos habla de muchas cosas. Nos habla de las sociedades machistas donde las mujeres solo tienen el lugar de ama de casas y esposas, sirviendo a sus maridos, sin vida propia. Pero también nos habla de la esperanza, de la posibilidad de la libertad que nunca se apaga, que se renueva con cada minuto de vida, con cada nueva respiración, con cada luz pequeña que surge en nuestras vidas. Nos habla de alas, de volar, de escapar lejos de lo que nos retiene y nos agobia. De dormir sin despertar porque la realidad duele demasiado para afrontarla con los ojos abiertos. 
Pero principalmente nos habla de la esperanza, aquella que quedó dentro de la caja de Pandora y jamás abandonó a la humanidad, aquella que se esconde detrás de cada esquina de nuestras vidas, aquella que nunca debemos dejar ir. Esa esperanza de una vida mejor, de poder volar a un lugar mejor, y de que si no lo logramos podemos intentar dárselo a la generación siguiente que engendramos. La esperanza de que alguien nos está esperando en la oscuridad para extender su mano y ayudarnos a salir a la luz, sabiendo que no hay momento más maravilloso que cuando eso sucede.
"Quiero volar, lejos de aquí escapar. Dime mi bien, quién me llorara, si me dan alas y hecho a volar. Quiero dormir, no quiero despertar. Quiero ser la lluvia al otro lado del cristal, quizás alguien me espere en la oscuridad".




Esperándolo a Él

Así es, ya en Agosto llega Ismael con su gira a Buenos Aires. Ya hace rato que anda por acá, pero filmando, con lo cuál no apareció en los medios. Pero ahora va a llegar por la música, así que estoy ansiosa por verlo y escucharlo.
Tan ansiosa estoy que hasta el 15, día en que lo voy a ver en vivo, les voy a ir dejando sus temas a modo de cuenta regresiva.
Así que espero que lo disfruten tanto como lo hago yo.

29 de julio de 2010

Un estante atrás de otro

Hoy estoy con muchas ganas de escribir, pero no se me ocurre nada sobre qué hacerlo. ¿Será falta de inspiración? Algunos consideran que tienen que estar con un estado de ánimo particular para escribir. Yo creía eso cuando era más chica, el tiempo me demostró que no es así. O por lo menos no lo es para mí, cada uno escribe en momentos diferentes, por motivos diferentes, sobre temas diferentes. 
Pero escribir siempre lo consideré una catarsis, un sacar de adentro cosas que están rondando por ahí. Limpiar un poco la cabeza dejando todas las ideas sobre el teclado. También es una manera de aclarar un poco las cosas, mirarlas desde otra perspectiva, tener que hacer un análisis previo para ponerlas en palabras, tratar de plasmarlas implica comprenderlas.
Quizás por eso es que no sé sobre que es escribir, porque en este momento tengo la cabeza limpia, cristalina. Puedo recorrer cada una de mis ideas con solo cerrar los ojos. 
Recuerdo que Sherlock Holmes decía que la mente es como una habitación donde vamos guardando las cosas que aprendemos y vivimos. Y que como toda habitación puede estar ordenada o hecha un desastre, y que además puede quedarse en algún momento sin lugar para más cosas. Sobre esta segunda parte nunca estuve de acuerdo, pero bueno, era algo muy particular del personaje que calzaba perfectamente con el tipo de conocimientos técnicos que poseía sobre algunas cosas y el poco conocimiento sobre otras, que a todos nos resultan cotidianas. Pero en cuanto a la primer parte, ahí sí estoy de acuerdo. Creo que mi cabeza es como una habitación, a veces está desordenada, a veces siento que hay ideas que vuelan como corrientes de aire y que rebotan contra una y otra pared sin llegar nunca a calmarse, con lo cual no puedo identificarlas, y hacen ruido y molestan. Pero otras veces, como ahora, la habitación está en orden, y la imagino como una biblioteca, con grandes estantes sobre cada pared y muchos libros en ellos, una ventana al final por donde entra la luz del sol. Y siento en este momento que puedo recorrerla pasando mis dedos por las estanterías, mirando los títulos de todo lo que tengo sobre ellas, recorriendo palmo a palmo mis ideas, mis recuerdos, mis deseos, mis añoranzas, mis actitudes, mi vida en su totalidad.
Cuando era chica hice una lista de cosas que quería hacer en mi vida (todavía la tengo guardada) y uno de los puntos era: tener una casa con una habitación solo de biblioteca.
Hoy doy por hecho ese punto.

En el auto de Agus

“No todo depende de los deseos, pero, aún así, soy de los que han decidido intentar llevar a cabo sus deseos."
Quizás es cierto, quizás no es todo una cuestión de voluntad, pero por algo se tiene que empezar. Y la voluntad nos puede servir de burro de arranque para encender el motor y que las cosas empiecen a andar.
A veces uno no tiene exactamente lo que esperaba obtener al empezar el camino, pero se puede encontrar con mucho más. Aparte, no sabemos lo que nos depara el destino y es posible que sin saberlo estemos llegando al objetivo que deseábamos en un comienzo.
O quizás no, eso no importa, siempre que podamos disfrutar del viaje.
Si si, ya lo sé, hace rato que vengo escribiendo sobre lo mismo jajaja ya tanto que casi aburro. Es que algo tan nuevo para mí, esta libertad de ser mi propio burro de arranque, mi propio motor. Sentir que soy yo la que dirige totalmente. Y espero nunca cansarme de esto ni nunca encontrar algo que detenga este camino que estoy siguiendo.
Nunca vamos a dar por satisfechos de manera total nuestros deseos, pero que si lo intentamos vamos a disfrutar otras tantas cosas en el camino, eso se los firmo acá.

27 de julio de 2010

Tormentas que apagan el televisor

"Bostezas y te queman agujetas en las alas", aunque yo "quiero volar, lejos de aquí escapar". ¿Pero escapar de qué? ¿A dónde? ¿Qué me está quemando las alas?
Quiero volar, ser libre, dejar las ataduras de mi mente, sacar este peso que tengo en el pecho y elevarme liviana como una pluma.
Quiero llorar de una vez todas las penas pasadas, presentes y futuras, y con eso lograr que la angustia no vuelva nunca.
Si pudiera poner en palabras lo que me pasa, si pudiera al menos reconocerlo, cerrar los ojos y ver la imagen de lo que me está poniendo así. Si pudiera identificar el fantasma podría mirarlo, analizarlo, saludarlo, y guardarlo donde corresponde, siguiendo yo adelante.

Y antes de que cierre el post alcanzo un estado Zen, se desata el nudo, mi mente se pone en blanco y ya me siento mejor. Claramente escribir me ayuda, dios, es increible cuanto me ayuda!
Así que cerramos con la misma canción, pero con diferente sentido: "Pero sucede también que sin saber cómo ni cuándo, algo te eriza la piel y te rescata del naufragio".

No hay tonto más molesto que el ingenioso.

"Pero muy pronto la tontería llega al fin y desemboca en la claridad. La tontería deja la astucia y adquiere
concisión, mientras que el ingenio empieza a dar rodeos y se esconde."(*)
Quizás porque el ingenio nos hace poder comprender algunas cosas y escapar de ellas. Es genial a veces pasar por tonto, aunque sea por un rato, poder sorprendernos de descubrir cosas que en realidad tendrían que ser obvias, pero que no las quisimos ver como tal. 
Soy de las que les gusta el saber, los conocimientos, aprender, saber de todo un poco. Pero a veces eso nos limita, porque nos facilita la complicación, la vuelta de tuerca de más, el pensar todo demasiadas veces.
Por eso digo que a veces está bueno pasar por tonto, seguir un camino que sabemos que quizás traiga sus complicaciones, pero ni pararnos a pensarlo. Dejar de lado lo que el intelecto nos dice y solo seguir nuestro instinto. Jugar a que no sabemos nada de la vida y dejarnos que nos maraville y nos lleve donde nos tenga que llevar.
¿De qué me sirven tantos conocimientos si al usarlos me restrinjo? O peor, si los uso y solo quedan en la teoría, sin poder llevarlos a la práctica.
Así que si a veces ven que no pienso tantos las cosas, que salgo con alguna de mis ideas utópicas sin querer aplicar la teoría, no se asusten, cada tanto me gusta hacerme la tonta, síganme el juego que quizás les de tan buenos resultados como a mí.


(*) Los hermanos Karamazov, Fiódor Dostoyevski

25 de julio de 2010

Ella y sus computadoras

Muchos pensarán que los días lluviosos como hoy inspiran para escribir. En mi caso no es así, es más, creo que las tardes de pleno sol y calorcito son las que más me ayudan.
Sin embargo acá estoy, como siempre, frente a mi teclado dejando que salga lo primero que me viene a la mente. Y lo primero que pienso es: gracias a dios que hace un par de años me compre la notebook.
Me acuerdo de la primera vez que usé una. Ni siquiera era mía, era para vender. La apoyé en la cama, sin cable ni nada, era enorme, casi tan grande como mi máquina de escribir. Lo primero que dije cuando abrí el Word fue: este es el sueño de todo escritor! Y ahí nomás escribí un cuento cortito, que me salió malísimo jajaja pero no podía evitar intentarlo ante esa maravilla de la tecnología.
Después pude comprar mi "Máquina de escribir", como yo la llamo por su tamaño y peso. Todavía la tengo guardadita en el placard, para cuando Dorothy me abandona.
Y cuando llegó Dorothy.... fue como traer un bebé al mundo =D Hace ya tres años, y estuve dos pagándola! Pero valió la pena. Tuvimos nuestros problemas, desencuentros con el cable de corriente, formateos obligados cada tanto, pero nada que con paciencia y cariño no se pudiera solucionar.
Así que acá estoy, como siempre, frente a su teclado, viendo que sale. Claramente no estoy inspirada ni hoy voy a escribir genialidades, pero solo la posibilidad de escribir este puchito me hace feliz.

19 de julio de 2010

Un presente a puro sentimiento

¿Qué es lo que siento ahora? Siento que no me reconozco, que me conocí durante un par de meses y un día me cae un balde de agua fría y me miro al espejo toda mojada y vuelvo a ser la de antes y no me gusto, ni un poco.
¿Quién era? ¿Por qué era así? ¿Vale la pena pensar en eso?
Me gusta cuando cuento como era yo antes, cuando puedo decir que antes era así pero ahora ya no, por suerte. Me gusta mirarlo en relación al presente y al futuro, sentir que todavía tengo un largo camino por delante pero jamás vi la senda tan clara como ahora.
Me gusto yo, me gusta como soy, me gusta la persona en la que me convertí, me gusta conocerme, saber lo que quiero y lo que no, tener la seguridad para dar cada paso en firme. Me gusta querer golpearme la cabeza contra todas las paredes que existen porque significa que tengo las fuerzas para hacerlo y para después levantarme y buscar otro camino alternativo.
¿Qué me detiene? Nada ni nadie, solo yo misma puedo hacerme parar, y hoy por hoy estoy segura de que parar no es lo que quiero. Ni parar, ni retroceder, solo seguir avanzando viviendo kilómetro a kilómetro, paso a paso.
Cada vez que apoyo un pie siento el piso firme debajo de mi cuerpo, siento el sostén de mi pierna, siento a mi cuerpo moviéndose bajo mi voluntad, me siento a mí dirigiéndome hacia donde deseo.
¿Qué es lo que siento ahora? Me siento mucho mejor.

14 de julio de 2010

Invierno - Por Ismael Serrano

(Ver Post original) El invierno austral tiene aroma a comienzo y abrazo. El sol centellea sobre los adoquines de San Telmo y yo paseo a tu lado recordando el verano que ilumina tu risa. A pesar del frío Buenos Aires es amable y miro las luces que brillan en las ventanas imaginándome las vidas que habitan tras ellas, no muy diferentes a las nuestras. La pava calentándose y el rumor de la televisión como un canto de gaviotas en torno al pesquero. El mate está listo. Soy parte de esta ciudad, que visito con el entusiasmo de un niño en viaje de fin de curso. Y hoy, Buenos Aires, me regala su invierno celeste, mientras el mundo permanece al pairo, luchando por permanecer ileso, tratando de resguardarse de la tormenta, y el horóscopo me augura buen futuro (salud regular) mientras te echo de menos y tú desde el colectivo dibujas en las nubes mapas del tesoro y las cintas rojas en los altares del Gauchito Gil bailan como tu risa en la brisa de este frente polar. Un muchacho pasa a mi lado, por la peatonal, por Florida, mientras manda besos por el celular y sus pasos trazan un rastro cansado camino del trabajo. Yo pienso en los besos que debo, y en mis pasos, en mi prisa urgente por llegar a tu lado, y en la vida que sería si al salir de la oficina, de la fábrica, de la escuela, no encontrara tu figura alumbrando el umbral de la casa roja que habitamos. En qué sería de mí sin el desorden de tu ropa, perezosa, estirándose en el sofá, sin las luchas cada mañana y el cerrojo que cierra tu sueño como la joya inalcanzable que ha de ser, como tu rostro dormido en el asiento del copiloto cuando, tarde, llegamos al hogar. Buenos Aires, zarandea mi memoria, y saltan, gaseosos, los recuerdos de un verano que vivimos, transparente, en el que la vida era un instante, abandonado sobre el ovillo de tu remera a los pies de la cama. Quedan los conciertos. Demonios, qué ganas tengo de cantar. Y la película. Qué nervios. Dibujar otro rostro sobre el mío, siendo intruso en este laberinto, no es tarea fácil. Trataré de estar a la altura de las circunstancias. Mientras el invierno trae, como te digo, este olor a principio y abrazo, te echo de menos, y el mundo duele menos si miro tu figura adherida a mi sienes, prendida en el recuerdo.

La vergüenza no es ser puto, la vergüenza es ser político y robarle al pueblo.... By Fernando Peña

Porque la vergüenza no es ser puto, la vergüenza es ser político y robarle al pueblo

La vergüenza no es ser puto, la vergüenza es agregar gente al msn que no conoces para tener alguien con quien "hablar".

La vergüenza no es ser puto, la vergüenza es tener un IPhone y usarlo con tarjeta

Porque la vergüenza no es ser puto, la vergüenza es pedirle a tus amigos que te firmen el fotolog

La vergüenza no es ser puto… la vergüenza es bajar los brazos ante la adversidad

La vergüenza no es ser puto, la vergüenza es no saber decir gracias.

Porque la vergüenza no es ser puto. La vergüenza es robar

11 de julio de 2010

No es necesario llegar a la final

"No sé muy buen como patear fuerte al centro y no sé cuando tirar a colocar", pero con hacerlo no pierdo nada, al contrario, gano la experiencia de la situación. No es necesario saber patear para meter un gol. Y tampoco es necesario meter un gol para disfrutar el partido. Ni siquiera es necesario ganarlo. Lo importante es tener la chance de estar ahí, salir a la cancha, tener el valor de arriesgarse a dar la cara en el campo de juego aunque sepamos que tenemos las de perder. Pero igual hacerlo, por el solo placer de vivir el momento, de saborear cada situación, haciendo que cada bocanada de aire dure el doble, que nos llene los pulmones, que recorra todo el cuerpo a través de nuestras venas, que nos oxigene el cerebro, que haga que las ideas fluyan, existan, no se estanquen, tomen vida propia, se expresen, se mareen, se ordenen de nuevo.
Ya dije que no  me importa darme la cabeza con la pared, y hoy por hoy es lo más cierto que he dicho. Esa sensación del golpe me recuerda que estoy viva, que todavía tengo la fuerza de moverme y de jugarme, que todavía me quedan chances, que soy dueña de mi cuerpo y de mi espíritu, que no hay nada que ate mi alma ni me obligue a retroceder, que puedo ser quien quiera ser y cómo quiera serlo.
Y sí, algún día espero poder tirarla a colocar, espero meter uno o dos goles. Pero mientras disfruto del juego de la vida un segundo a la vez, todavía con mi capacidad de asombro a flor de piel y con el deseo ardiente de aprender todo lo que este mundo tiene para darme.


10 de julio de 2010

Usar depiladora eléctrica y no morir en el intento

Ok, esto no es el tipo de lectura al que los tengo acostumbrados, pero gente! realismo! ¿Cómo puede ser que todavía se vendan máquinas de tortura? ¿No hay alguna ley que lo prohíba?!?!?!
Buscando una solución a mi problema escribí en Google "depiladora electrica y no morir en el intento" segura de que iba a encontrar algo Pero no, nada. De ahora en más sí va a haber resultado, este post.
¿Y que van a encontrar cuando entren? Imposible chicas! El mundo machista sigue existiendo y nos hace sufrir de esta manera!
Le digo a una amiga: ¿quién fue la desgraciada mujer a la que se le ocurrió este invento diabólico?
Y la respuesta fue clara y contundente: Nena, no fue una mujer, fue un hombre.
Claro como el agua! Todos en sus vida tendrían que pasarse esa máquina infernal una sola vez, y así seríamos libres de la tortura china =D
Bueno, voy a seguir buscando una solución vía Internet. Si alguna tiene respuesta a la pregunta del título, me avisa por favor! Mientras tanto, volveré a los métodos arcaicos y bien guardadita va a quedar la pequeña maldita.

4 de julio de 2010

En busca de la felicidad

"Ahora sí estoy como quiero" porque, como habré dicho antes en este blog, querer es poder. Pero no tiene que ver con que todo lo que queremos se haga realidad, sino con que a veces no sabemos lo que queremos, y persiguiendo otra cosa lo conseguimos sin darnos cuenta ("You can't always get what you want, And if you try sometime you find You get what you need").
A veces darnos cuenta de esto nos toma mucho tiempo, hasta años. Lo importante es en algún momento descubrir esta verdad, darnos cuenta de que sin quererlo encontramos lo que necesitamos, aquello que nos hace bien, nos hace felices.
Y no hablo de grandes cosas, de logros trascendentales, hablo de encontrar lo que queremos en los pequeños regalos de la vida, en las situaciones diminutas del día a día, en aquellas cosas que nos hacen felices sin que nos demos cuenta. Cuantas veces pasamos meses y hasta años persiguiendo un objetivo u obsesionados con algún suceso, sin ver las cosas que están pasando a nuestro alrededor, sin poder apreciar aquellas cosas que en el camino nos hicieron felices sin que siquiera nos demos cuenta.
Porque aunque se diga que jamás se alcanza la felicidad completa, sino que siempre se la persigue, nos alcanza con esos momentos sueltos que la vida nos regala. Lo importante es saber identificarlos, mirar a esa felicidad a los ojos y reconocerla, para apreciarla, saborearla, darle gracias.
Así que sí, ahora sí estoy como quiero, en un presente a puro sentimiento, porque aprendí, después de muchos años de tener tapados los ojos, a mirarme a mí misma, a mirar para adentro, y descubrir todo aquello que puedo hacer para ser feliz. Y lo  mejor de todo es que me di cuenta que no son grandes cosas las que tengo que hacer para ello, sino vivir mi vida como mi corazón me dicte, y es así como llegué a como soy hoy, sin darme cuenta que ya estaba siendo feliz.



29 de junio de 2010

No soy la mejor mujer

Aun creo en las utopías y el día que deje de creer en ellas ya no voy a ser yo. Porque en algún momento de mi vida toqué fondo, porque hubo un día en que vi todo negro, porque hubo muchas faltas en mi existencia, muchos agujeros en mi alma. Pero logré ver la luz entre los ladrillos de la celda en que me aprisionaba, y por esa rendija salí al mundo y vi el sol.
Así que sí, creo en las utopías, me maravillo con facilidad y todas las cosas me parecen increíbles. No cambiaría esa capacidad de asombro por nada en el mundo.
¿Me daré la cabeza contra la pared con tanto optimismo? Probablemente, pero la vida ya me pegó tan duro que no puede dolerme más. Y los dolores de los nuevos golpes serán pasajeros, y al tiempo serán solo recuerdos. Solo dejarán su cicatriz para probar que existieron, para recordarnos que hay cada tanto una pared contra la que podemos chocarnos y para que la próxima vez sepamos esquivarla.
Si tengo que golpearme mil veces para disfrutar de esta vida, lo voy a hacer. No hay nada que valga tanto como para impedírmelo, nada que valga más que la vida misma y el sabor que deja en mi boca y la sensación de viento fresco contra mi cara.

28 de junio de 2010

Instrucciones para subir una escalera - Julio Cortazar

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

27 de junio de 2010

Más de un libro, la misma historia

A raíz de unos mensajes en el grupo de lectura se me dio por pensar en las sagas de libros que leí en mi vida. La verdad que es algo que me gusta, las colecciones, las sagas, las continuaciones, las historias que se hacen interminables a través de tomos y tomos.
Es complicado pensar porqué se da esto, porque me gustan tanto las continuaciones. Una de las posibilidades es que me encariño con los personajes, una vez que le tomo amor a uno, me gusta seguir leyendo sobre él, ver como evoluciona, como se desarrolla su historia de manera completa, es difícil dejarlos ir.
Otra posibilidad es que me gusta que las historias sean largas, me gusta que haya muchas situaciones, emociones, que los personajes se desenvuelvan lo más posible. Y eso solo lo dan las sagas.
Así que les dejo una pequeña lista de las sagas que recuerdo haber leído. Si ustedes leyeron alguna más, los invito a dejarlo en los comentarios, y si las leí las incluyo en el post.






Historias de Terramar (todavía no terminé de leerla)

La saga de la Fundación




19 de junio de 2010

"El que no arriesga no gana, dijiste. El que arriesga puede morir por amor" (*) ¿Morirse con las ganas o morir por las ganas? ¿Jugarse el todo por el todo sabiendo que el "no" está asegurado o quedarse cómodo viendo la vida pasar sin riesgos?
La vida está para vivirla, y nosotros decidimos cómo hacerlo. Pero a veces esa decisión no es tan fácil como parece. A veces ya nada depende de nosotros, la decisión está en otras manos, nuestros actos solo se adaptan a la reacción ajena. Porque arriesgarse a provocar una reacción es peligroso, casi doloroso. El solo esperar un movimiento, una jugada, es doloroso.
Nunca fui pasiva, no es mi forma de ser. Me gusta actuar, jugarme, moverme, hacer el jaque.La espera es agónica, brutal, me quita el aire, me llena la cabeza de ideas y las revuelve constantemente. Sí, tengo un batido de ideas en mi cabeza! Y eso no es bueno para nadie jajaja.

18 de junio de 2010

Adios a un genio de la Literatura, José Saramago

Murió el escritor José Saramago
El portugués falleció a los 87 años en España, donde vivía; había recibido el Premio Nobel de Literatura en 1998; entre sus obras se destacan
lanacion.com | Cultura | Viernes 18 de junio de 2010


El escritor, poeta y dramaturgo portugués José Saramago murió en España a los 87 años.
El fallecimiento fue informado esta mañana por su editor Zeferino Coelho, que precisó que el escritor murió en su casa de Lanzarote, en las islas Canarias. Coelho indicó que su salud se había deteriorado en los últimos meses.
Saramago había ganado el Premio Nobel de Literatura en 1998 y su última novela, Caín, se había publicado en 2009. En su prolífera obra se destacan: La balsa de piedra (1986), El Evangelio según Jesucristo (1991), Ensayo sobre la ceguera (1995), Todos los nombres (1997), El hombre duplicado Ensayo sobre la lucidez (2004). (2002) y
"Con sus parábolas sustentadas por la imaginación, la compasión y la ironía [Saramago] nos permite aprehender nuevamente una realidad ilusoria", dijo la Academia Sueca cuando lo distinguió con el Nobel.
Hijo y nieto de campesinos sin tierra, Saramago nació en la aldea de Azinhaga, provincia de Ribatejo, el 16 de noviembre de 1922, aunque el registro oficial menciona como fecha de nacimiento, el día 18. Sus padres emigraron a Lisboa cuando aún no había cumplido dos años. La mayor parte de su vida transcurrió en la capital portuguesa, aunque las visitas a su ciudad natal eran habituales.
Inició estudios secundarios que, por dificultades económicas no pudo terminar. Su primer trabajo fue de cerrajero mecánico. También fue funcionario de sanidad y de previsión social, traductor, editor y periodista.
Video:«Los cosas más sencillas me conmueven»


Saramago, activo militante del Partido Comunista portugués, publicó su primer libro, una novela, Tierra de Pecado, en 1947. Trabajó durante doce años en una editorial, donde ejerció funciones de dirección literaria y de producción. Colaboró como crítico literario en la revista Seara Nova. En 1972 y 1973 formó parte de la redacción del periódico Diário de Lisboa, en el que fue comentarista político y coordinador del suplemento cultural.
Según se consigna en el sitio web de la fundación que lleva su nombre, Saramago perteneció a la primera dirección de la Asociación Portuguesa de Escritores y fue, entre 1985 y 1994, presidente de la Asamblea General de la Sociedad Portuguesa de Autores. En 1975 fue director adjunto del periódico Diário de Notícias . Al año siguiente comenzó a vivir exclusivamente de su trabajo literario, primero como traductor, después como autor.
En febrero de 1993 decidió repartir su tiempo entre Lisboa y la Isla de Lanzarote, en el Archipiélago de Canarias, España. Estaba casado con Pilar del Río.
Su blog. Saramago tenía un blog llamado Cuaderno de Saramago en el que publicaba sus reflexiones personales. Había dejado de escribir en agosto pasado. En el último post, titulado "Despedida", explicó que dejaría de comunicarse por esa vía para dedicarse a la escritura de su último libro. Luego, reactivó ese espacio para sumar post en un nuevo blog Otros cuadernos de Saramago.

17 de junio de 2010

Bienvenidos al tren?

El destino no lo es todo, cada uno tiene que poner algo de sí para darle el rumbo deseado a la vida.

Si todo dependiera del destino, el universo, la suerte, o como lo quieran llamar, la vida sería muy aburrida. Seríamos solo trenes de juguetes sobre las vías de plástico dando miles de vueltas a la misma pista, viendo siempre los mismos paisajes, manejados por un invisible maquinista.

La vida no es así. A la vida hay que domarla como a un caballo salvaje: aprendiendo a tratarla pero sin hacer que pierda esa naturaleza propia que la hace tan especial.

Pero tomar sus riendas no es tan fácil. Primero hay que tener la voluntad de hacerlo, la determinación y el coraje de correr el riego de que se desboque y salgamos lastimados. Y segundo: hay que aceptar que ahora las riendas las tiene uno, por lo que no tenemos que dormirnos ni dejar de cabalgar.

Cuando la vida está en nuestras manos, cuando sentimos que las riendas se tensan, es entonces cuando comenzamos realmente a vivir. No importa cuantas veces nos caigamos y tengamos que volver a montar. No importan los moretones y cicatrices que nos queden.

Porque cada minuto vale la pena.

Poder elegir nuestro camino vale la pena.

Elegir nuestras alegrías y tristezas vale la pena.

No, no siempre es fácil, pero si queremos es posible, y el solo sentir esa posibilidad vale mil vidas vividas sobre tren artificial del destino.

14 de junio de 2010

Solo alguna de las tantas frases que me gustaron

"...a mi modo de ver, los milagros no afectan al realista, pues no le llevan a creer. El verdadero realista, si es incrédulo, halla siempre en sí mismo la voluntad y la energía para no creer en el milagro, y si éste se le presenta como un hecho incontrastable, dudará de sus sentidos antes que admitir el hecho. Y si lo admite, lo considerará como un hecho natural que anteriormente no conocía. Para el realista no es la fe lo que nace del milagro, sino el milagro el que nace de la fe. Si el realista adquiere fe, ha de admitir también el milagro, en virtud de su realismo. El apóstol Santo Tomás dijo que sólo creía lo que veía, y después exclamó: «¡Señor mío y Dios mío!» ¿Había
sido el milagro lo que le había obligado a creer? Probablemente, no. Creyó porque deseaba creer, y tal vez llevaba ya una fe íntegra en los repliegues más ocultos de su corazón cuando afirmaba que no creía nada que no hubiera visto."


Los hermanos Karamazov, Fiódor Dostoyevski

13 de junio de 2010

Algún día me iba a pasar

Cómo hice en anteriores oportunidades, les acerco un texto extraído del diario La Nación. Pero a diferencia de otras veces, hoy lo hago por estar en desacuerdo con lo escrito por el autor.En esta nota nos habla del ingreso a la lectura en la época de su infancia y adolescencia, mencionando que en la actualidad esto no se da, e indica situaciones en las cuales las generaciones actuales muestran faltas en relación a ello.¿En qué estoy en desacuerdo con Pinti? En hablar del ingreso a la lectura como algo pasado, totalmente ajeno a las generaciones actuales. Si bien existe mayor desinterés que en el pasado, aun existe en los jóvenes un interés y pasión por los libros que no va a desaparecer solo por el paso del tiempo y la evolución de la historia. Creo que no tiene que ver con algo generacional, sino con el lugar que cada familia le da al tema, a la situación, al arte literario. Solo de eso depende el acceso de los chicos al maravilloso mundo de los libros.Les dejo la nota, para que puedan formar sus propias ideas al respecto.  CambalacheLecturas
Por Enrique Pinti
lanacion.com | Revista | Domingo 6 de junio de 2010

12 de junio de 2010

La existencia más allá del vacío

"Todos somos especiales. Todos somos héroes, amantes, locos, villanos, todos. Todos tenemos una historia que contar." (*) 
Todos tenemos una realidad, un presente, un pasado, que nos delimitan el futuro. 
Todos somos alguien... todos somos... existimos...
Todos tenemos momentos en los que creemos ser nada, ser invisibles, inexistentes. Momentos en los que desearíamos ser así.
Pero siempre queda esa esperanza, ese eco en nuestras mentes que nos dice que todos tenemos una historia para contar, que siempre habrá alguien a quien le interese lo que nos pasa, que no pasamos desapercibidos por el mundo sino que alguien nos observa aunque sea al pasar.
Y esa única mirada nos hace Ser, nos vuelva al estado de existencia entre la humanidad, y dejamos de ser invisibles, aunque ni nosotros mismos nos demos cuenta de ello.
Todos somos héroes, en nuestras pequeñas luchas cotidianas, en nuestro día a día, en nuestra buena acción del día, en esos hechos que solo nosotros podemos concretar, por más sencillos que parezcan. Porque como sucede con el aleteo de una mariposa, el pequeño movimiento del ser modifica de manera total cada historia.
Todos somos amantes, aunque a veces no tengamos a quien amar. Porque amar no se trata siempre de una pareja. Uno puede amar la vida misma y convertirse en su amante más apasionado, disfrutándola y llenándose del placer que solo ella nos puede dar.
Todos somos locos, porque de músico, poeta y loco todos tenemos un poco. Esa locura que nace del lugar más recóndito del alma, esa locura que nos hace hacer cosas que nunca creímos posibles. Esa locura que nos da alas para recorrer los cielos azules profundos aunque esté lloviendo y navegar entre las estrellas en las noches sin luna.
Todos somos villanos, enemigos de nosotros mismos, contrarios a nuestros más hondos deseos, saboteadores de nuestra propia felicidad.
Todos somos... Nada más cierto... Nada más ignorado... Nada más importante.
(*) V de venganza.

11 de junio de 2010

Totalidades y nulidades

"El hombre original es, en la mayoría de los casos, un individuo que se aísla de los demás." (*) No importa los motivos que una persona alegue, ni su naturaleza ni sus excusas, aislarse no es lo correcto para el ser humano.
Se los dice alguien que pasó la mayor parte de su vida aislada. Y quizás en parte lo siga estando, depende de cómo uno lo entienda. 
Es que estar solo a veces no significa estar aislado. Tener su espacio no siempre significa alejarse. 
Más allá de eso, siempre se extraña el tener una compañía para buscar, esa sensación de romper el aislamiento y acercarse a alguien de una manera diferente. Poder estar sentado al lado de alguien sin hacer nada y sin embargo sentir que eso ya es un todo.
¿El solo sentir que existe ese todo pero no poder alcanzarlo ya me aísla de la otra persona? ¿Hay manera de trasmitirle al otro esa sensación de totalidad, ese segundo de inmensidad?



(*) Los hermanos Karamazov, Fiódor Dostoyevski

10 de junio de 2010

Más que palabras

Hace un tiempo subí esta misma canción al principio de mi blog, pero después lo cerré y la perdí. Ahora que están reabiertas las Historias de Lady Éowyn, incluso con otra fuerza, se las dejo de nuevo. Hermosa canción, historia más hermosa aún. Del manga Clover, de Clamp:

Deseo felicidad,
busco felicidad.
Para originar tu felicidad,
para ser tu felicidad.
Por eso llévame
a algún lugar lejano,
a otra realidad.
Por favor llévame ahí.
Magia que perdura,
beso infinito,
fantasía constante,
dicha sin fin.
Llévame
deseo felicidad.
Las aves cantan una canción
de lengua desconocida.
Pese a sus alas
ellas no alcanzan el cielo.
Un lugar al que no hay que aventurarse solo.
Por eso
llévame a otra realidad.
Plumas húmedas,
dedos tiesos,
derritiendo la carne,
fusionando las mentes.
Llévame,
deseo felicidad.
No es tu pasado,
es tu presente lo que busco.
Cuidadosamente,
reconstruyendo una frágil fibra.
Por favor llévame ahí
deseo felicidad.
Deseo felicidad,
busco felicidad.
Para originar felicidad,
para ser tu felicidad.
Llévame a otra realidad,
por favor llévame ahí.
Un pájaro en una jaula dorada,
un pájaro que no puede volar,
un pájaro que no puede llorar,
un pájaro solitario.
Por eso llévame,
deseo felicidad.
Soy feliz sólo por estar contigo,
soy feliz sólo por verte sonreír.
Por eso llévame a otra realidad.
Por favor llévame.
Deseo felicidad.
Mi primer pensamiento,
mi último deseo.
Aquí es
donde nos esperan las hadas.
Una tierra prometida
sólo para dos.
Por eso llévame.
Para olvidar la realidad,
para permanecer en esta ensoñación.
Para pensar en ti por toda la eternidad.
Llévame
a mi felicidad...


8 de junio de 2010

Una cuestión de principios

Oxígeno / Diálogos del almaUna cuestión de principios
Por Sergio Sinay
lanacion.com | Revista | Domingo 6 de junio de 2010


Señor Sinay: he vivido 53 años de acuerdo con mis principios, llevando una vida sin logros trascendentes o exitosos. Sigo amando a mi esposo, a pesar de fuertes crisis de pareja; tengo un hijo que ya es mayor de edad, aunque no fue la naturaleza quien me lo envió; he dejado de practicar mi carrera de contadora por no primar lo económico, aunque ahora estoy replanteándomelo por necesidad, y estoy estudiando algo que difícilmente signifique una salida laboral, como es la carrera de acompañante terapéutica, tema que me interesa muchísimo. ¿Estaré honrando a la vida si con las capacidades que recibí no llego a hacer algo para los demás? María Inés de Vita
El filoso Groucho Marx (1890-1977), actor, escritor, feroz observador de las conductas humanas e integrante, con sus hermanos Harpo, Chico y Zeppo, de los inolvidables Hermanos Marx, ironizó así alguna vez: "Estos son mis principios; si no les gustan, tengo otros". Quien acomoda sus principios a las circunstancias puede sacar ventajas, pero acaso no encuentre respuestas satisfactorias a la pregunta que se hace nuestra amiga María Inés. Ella dice que vivió de acuerdo con sus principios; sin embargo, no se adjudica logros exitosos o trascendentes. ¿Qué es un logro exitoso? ¿El que puede medirse en cantidad de dinero o bienes acumulados? ¿Qué es un logro trascendente? ¿El que se cuenta según la cantidad de páginas o pantallas televisivas ocupadas con la propia imagen? ¿O por la fama o el poder adquiridos sea como fuere? ¿Los logros son tales solo si se pueden mostrar? Hay muchas personas que cambian sus principios con frecuencia, como sugería Groucho, y gracias a ello obtienen ganancias, puestos, figuración. Son, según las medidas convencionales, personas "exitosas". En términos puramente formales y exteriores, trascienden.
La verdadera trascendencia, sin embargo, transita otro camino. Consiste en ir más allá de uno mismo para dejar el mundo un poco mejor de como lo encontramos. El psicoterapeuta y filósofo estadounidense Sheldon Kopp (1929-1999) la definía así en Al encuentro de una vida propia: "Es el camino de las personas corrientes que llevan una vida cotidiana activa y hacen honor al poder superior que hay dentro de ellas relacionándose amorosamente con los demás". Ese poder superior no es algo mágico ni esotérico, nada que se exhiba como los efectos especiales de una película. Se trata de una cualidad propia e intransferible, una perla depositada en el interior de cada persona que sólo ella puede descubrir y ofrecer al mundo. "Con demasiada frecuencia llevamos una vida diseñada por otros", escribe Kopp. "Pero todos tenemos la libertad, el derecho y la responsabilidad de vivir nuestra vida." Esa elección definirá nuestra ética, es decir los valores y principios que respetaremos y el modo en que lo haremos.
En el relato de María Inés se adivina una serie de elecciones que fueron trazando un itinerario existencial. Y se la ve ante una nueva instancia de elección en donde para la decisión cuenta la presencia del otro, del prójimo cercano o mediato. Será un nuevo logro, sin duda, aunque no se atenga a los requisitos que una sociedad exitista y resultadista exige como prenda.
En mi opinión, la vida total se honra en cada vida individual, en la forma que cada persona elige para estar en el mundo. Cuando se habla de "la" vida se menciona una abstracción. Esta deja de serlo cuando la vemos manifestarse en su forma más concreta, encarnada en cada ser. Esto hace que cada quien sea necesario. Si se desgaja la propia vida del conjunto al que pertenece y al que de algún modo se debe, en ese malgasto (más allá de éxitos aparentes) se empobrece la existencia en su totalidad. "Poco importa si lo que tienes que hacer es insignificante. Hazlo tan bien como puedas. Pon en ello tanta atención y tanto cuidado como si se tratara de lo más importante que llevas entre manos", aconsejaba Gandhi. Y respondía con anticipación a la pregunta que hoy nos ocupa acerca de los modos de honrar la vida. En un evangelio apócrifo que imaginó Borges se lee: "Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena". Es otra respuesta para la misma pregunta. Podría decirse, a la luz de estos pensamientos, que honrar la vida es una cuestión de principios. Se la enaltece eligiendo un camino y transitándolo con coherencia. Siempre que ese camino no nos aleje de nuestra pertenencia al mundo y de nuestros deberes hacia los otros.

Nuevos paisajes, nuevas fronteras

"Ya nada es lo que era", porque las cosas cambian de un día al otro, nunca las cosas son lo que fueron ayer, ni siquiera lo que fueron el minuto anterior. 
Porque de ese cambio se nutre el alma, porque la persona crece solo cuando cambia. 
No digo que los cambios sean fáciles, por algo existen teorías sobre la resistencia al cambio. Pero sí son necesarios, para renovarse, para poder volver a mirar las cosas de otro modo, para ponerse en otro lugar, para que surjan cosas nuevas, para dejarnos sorprender.
Principalmente por eso: para dejar que la vida nos sorprenda.

6 de junio de 2010

No hay mejor ciego...

"...se volvió hacia donde sabía que estaba el espejo, ... extendió las manos hasta tocar el vidrio, sabía que su imagen estaba allí, mirándolo, la imagen lo veía a él, él no veía la imagen." (*). Miramos esa imagen en un espejo, nos devuelve un reflejo que quizás no es lo que queríamos ver, que no reconocemos como representación de nuestra realidad, de ese yo físico que se da al mundo sin poder manejarlo. 
Dicen que los ojos son una ventana al alma, que a través de ella se puede acceder al corazón de las personas, encontrarlas en su ser más primitivo, ingresar en sus secretos y conocerla tal como es. Ese "es" diferente a lo que el espejo muestro. Ese "es" que preferiríamos que no pueda ser accesible a través de los ojos, ya que es nuestro, es propio, es único, y su conocimiento nos vulnera, nos deja deja desnudos ante un otro. Y vaya a saber uno qué hace el otro con ese conocimiento tan especial.
A veces eso que se ve en el espejo es lo mismo que se ve a través de los ojos. A veces somos tan transparentes que tenemos que negarnos a nosotros mismos que está pasando lo que vemos que está pasando. Es que además de quedar vulnerable ante el otro, quedamos vulnerables ante nosotros mismos, nos vemos ahí, en nuestra salvaje realidad, a cara lavada.
Y ese espejo nos sigue devolviendo la mirada sin ver, nos sigue brindando el reflejo que no queremos reconocer, nos sigue representando como no queremos ser vistos.
De manera permanente. 
Por la eternidad. 
Reflejados.


(*) Ensayo sobre la ceguera, José Saramago

2 de junio de 2010

Tpsiando

Buscando información en la web me doy cuenta de la cantidad de cosas que dan vueltas por Internet sin tener siquiera la fuente. Quizás es una mentira, quizás está errada, no importa porqué nunca se sabrá de donde salió. Da miedo, ¿no?
Hagan el intento, busquen algo sobre cualquier tema. El primer resultado que les va a traer Google es de Wikipedia. Entren y copien alguna frase. Esa misma frase búsquenla en Google. ¿Cuántos resultados exactos les trajo? ¿Alguno de esos resultados indica la fuente de la frase? ¿O son todas citas de la misma frase una y otra vez sin fuente aparente?

1 de junio de 2010

Pensandolo mejor...

Guau! La diferencia que hace pensar las cosas más de una vez! Por ejemplo, cosas que me pasaron en los últimos 15 días y que me paré a pensar más de una vez:

¿Para qué necesito que me diga que me extraña aunque sea un poco? Si eso no va a hacer que le pida que volvamos, al fin y al cabo eso no cambia los motivos por los cuales lo dejé. Tampoco me va a hacer sentir mejor, porque para empezar no me siento mal. Ni me va a hacer sentirlo más cerca, porque sigue igual de lejos.
Y ahí es cuando pensando dos veces las cosas me doy cuenta de que quiero que me diga que me extraña para que tantos años no de hayan sido en vano. Para creer que había algo en él para rescatar  y que me hizo quererlo durante tanto tiempo. Quizás para des-demonizarlo un poco (si es que existe esa palabra), que no sea tan malo.

¿Qué es este pesar que siento en el pecho? Cuando le doy la segunda pensada (o la primera en este caso, porque generalmente cuando nos sentimos así no nos ponemos a pensar el porqué, simplemente sentimos y listo) noto que no es dolor, no es angustia. Es añoranza, es saber que las cosas en general cambian y que uno tarda en adaptarse a los cambios.
Es entonces que reparo en que todos los cambios traen consigo cosas positivas, cosas buenas. Este cambio en particular me permite crear, re inventarme, volverme a conocer.

30 de mayo de 2010

Generando cambio

¿Importan los actos personales sin importarnos el resto del mundo? ¿O solo importan los cambios que se realizan en masa?

Siempre pensamos que lo que importa es lo que cada uno hace día a día, que una piedra a la vez vamos a derribar murallas, que si no empezamos por uno mismo, las cosas nunca van a cambiar.

Pero sin embargo solo de a muchos se pueden generar verdaderos cambios, ya sean avances o retrocesos.

Leyendo un poco sobre la teoría de la evolución de las especies de Darwin, podemos notar que los cambios solo se dan en grupos. Cuanto más numeroso es el grupo que presenta la variación, mayores son las posibilidades de que dicha variación se convierta en una nueva característica. Si la variación se da solo en un individuo, la misma puede perderse tras la muerte de este, sin siquiera haber podido reproducirse genéticamente.

El problema hoy por hoy es que no se puede confiar en el grupo, o no se puede encontrar uno en el que creer para depositar esa variación, esa necesidad de cambio.

Siempre se busca un grupo de pertenencia, un grupo humano que comparta nuestra visión de las cosas. Hoy por hoy es tan difícil conseguir eso. Uno está descreído de las instituciones, de las organizaciones, de los grupos. Cada uno tiene un doble discurso y es complicado poder ver más allá de las palabras.

Lamentablemente es más fácil mantenerse al margen que pactar con lo incierto.

29 de mayo de 2010

Si claro...

Esto es culpa de Cintia que me vendió tanto Ciega a Citas! Claro, me lo vendió tanto que lo tuve que ver, y lo primero que ví ¿qué fue? El pelo de la protagonista!
Esa es la mía, dije yo, yo quiero ese corte de pelooo.
Claramente no me lo corté así así, porque me iba a agregar un par de años a mi edad, y no es la idea justo ahora. Pero agarré la tijera y achuré. Sí, achuré, y me encanta hacerlo jajaja. Cada vez que achuro el pelo es como poner un pie en la luna.
Decí que no tenía una caja de tintura a mano, sino me pegaba un rojo furioso que no te cuento. Pero la primer tarde libre del mes que viene voy de nuevo a la peluquería y le digo al desgraciado peluquero que me devuelva el rojo furioso que me robó la última vez que fuí!
Eh dicho CARAJO

28 de mayo de 2010

Aburrida!

Qué día normal por favor! Más que normal lo podemos catalogar de aburrido!
Buen, tampoco es que todos los días tengan que tener emociones, prefiero un día aburrido a un día triste o un día desconsolado.
Ok, entonces no critiquemos tanto al día de hoy, lo rescatamos, pero conste que no te deja de ser aburrido.
Igual yo siempre me jacto de amar la monotonía, la costumbre, la vida diaria, así que no sé que tanto me quejo si así fue mí día, cotidiano, normal.
Lo más raro que hice fue llevar a la gata a la veterinaria. Uf, una locura! Una aventura, no se imaginan.
Si si, estaba siendo irónica, claramente. Pero es cierto que llevé a la gata a la veterinaria, lo cual suena peor que un día aburrido, porque ahora soy una vieja de los gatos aburrida.
Puff, yo sola me meto en estas cosas.
Pero eso sí: aguante mi gata loco!


27 de mayo de 2010

Quítense vacas que la vida es corta

"El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para nombrarlas había que señalarlas con el dedo." (*)Y los sonidos llegaban a cada oído como si nunca antes hubiesen sido escuchado, siquiera emitidos, con la resonancia de una música aun no compuesta. La pureza de las luces y los colores deslumbraba la vista y el alma, dando a conocer el mundo de una manera maravillosa y particular. Abrir los ojos por primera vez, sentir el aire en el rostro como si hasta el momento no hubiese soplado el viento, siendo la tierra bajo los pies tan nueva como el mundo mismo luego de la gran explosión.


(*) Cien años de soledad, Gabriel García Márquez

Las enseñanzas del bambú



Hay algo muy curioso que sucede con el Bambú y que lo transformas en no apto para impacientes: uno siembra la semilla, la abona y se ocupa de regarla. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.

En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años. A tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, al séptimo año y en un periodo de apenas seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros de altura.
¿tardó sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas para desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es el resultado del crecimiento interno y éste requiere de tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandona súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente, que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y coherente y saben esper4ar el momento adecuado.

De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.

El triunfo no es más que un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi, nosotros mismos vamos rápido a ninguna parte.

Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés. ¿Para qué? Propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación y la TOLERANCIA, gobernar aquella toxina llamada impaciencia, la misma que nos envenena el alma. Si no consigues lo que anhelas, no desesperes....QUIZÁS SOLO ESTÉS ECHANDO RAÍCES.

(Cuento popular japonés)

25 de mayo de 2010

Preterito imperfecto

"Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás." (*), porque todo pasado tiene un ciclo infinito por el cual nunca termina de derrumbarse, se preserva más que el presente mismo. Siempre queda ese rescoldo, ese fondo de arena que se acumula y se revuelve cada tanto, y nunca termina de diluirse. Ese pasado que parte desde el momento en que la vida misma posee la noción de memoria, cada suceso que nos marca a fuego y no se borra de la piel, que todavía nos motiva o define, que nos hace quien somos y quienes vamos a ser. Ese pasado que se ve en el fondo de nuestros ojos si conseguimos que alguien nos mire con profundidad. Y esa misma mirada se convertirá en parte del pasado infinito que no se degrada, ni se oxida, ni se consume.


(*) Cien años de soledad, Gabriel García Márquez

24 de mayo de 2010

Un paso a la vez

No todos los días son iguales, no siempre sentimos igual, cada día nos hace mirar las cosas de manera distinta. A vece sentimos más, a veces menos, a veces nos toca extrañar cosas que quizás hace mucho que no estaban, pero que habíamos creado la ilusión de que aun existían. A veces nos toca sentir con relieve todos los detalles, sufrirlos, palparlos, olerlos, volverlos a escuchar y vivir, no importa cuanta relevancia real tuvieron, pero ahora están ahí.
Pero solo es a veces. Algún día es así, otro día no, quizás mañana todo sea más fácil, quizás pasado mañana vuelva a caer.
No lo se. Lo que sí sé es que todas las veces que me caiga me voy a volver a levantar, por mí misma, con mi propia fuerza, y que cada vez que lo tenga que hacer me voy a volver más fuerte hasta que ya no vuelva a caer.