11 de julio de 2010

No es necesario llegar a la final

"No sé muy buen como patear fuerte al centro y no sé cuando tirar a colocar", pero con hacerlo no pierdo nada, al contrario, gano la experiencia de la situación. No es necesario saber patear para meter un gol. Y tampoco es necesario meter un gol para disfrutar el partido. Ni siquiera es necesario ganarlo. Lo importante es tener la chance de estar ahí, salir a la cancha, tener el valor de arriesgarse a dar la cara en el campo de juego aunque sepamos que tenemos las de perder. Pero igual hacerlo, por el solo placer de vivir el momento, de saborear cada situación, haciendo que cada bocanada de aire dure el doble, que nos llene los pulmones, que recorra todo el cuerpo a través de nuestras venas, que nos oxigene el cerebro, que haga que las ideas fluyan, existan, no se estanquen, tomen vida propia, se expresen, se mareen, se ordenen de nuevo.
Ya dije que no  me importa darme la cabeza con la pared, y hoy por hoy es lo más cierto que he dicho. Esa sensación del golpe me recuerda que estoy viva, que todavía tengo la fuerza de moverme y de jugarme, que todavía me quedan chances, que soy dueña de mi cuerpo y de mi espíritu, que no hay nada que ate mi alma ni me obligue a retroceder, que puedo ser quien quiera ser y cómo quiera serlo.
Y sí, algún día espero poder tirarla a colocar, espero meter uno o dos goles. Pero mientras disfruto del juego de la vida un segundo a la vez, todavía con mi capacidad de asombro a flor de piel y con el deseo ardiente de aprender todo lo que este mundo tiene para darme.


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