21 de octubre de 2010

Últimamente ando con una laguna

“Mi dulce memoria ha sido enterrada a los pies de un árbol hendido” (*), esa memoria que constantemente me falla, que me hace perderme en su laberinto sin encontrarme jamás.

Es difícil recordar cuando uno se olvidó como hacerlo, cuando fue más fácil callar los ecos de las habitaciones vacías para poder seguir mirando adelante, y ahora nos olvidamos de las voces.

Es difícil haber luchado por no recordar día a día y ahora intentar hacerlo aunque sea una vez al año.

Ya no recuerdo tu voz, solo ese murmullo de los últimos tiempos cuando apenas podías llamarme de una habitación a otra. Ya no recuerdo tu cara antes de que toda imagen se deformara.

Quiero recordar algún suceso donde seas más, donde pueda ponerte en ese lugar que te corresponde y del que tuve que sacarte a la fuerza hace tanto. O quizás nunca llegué a colocarte ahí y ese es el problema.

Como recordar un rol que para mí jamás existió. Como considerarte de cierta manera si nunca pude ponerte ahí.

Y acá es cuando me vuelvo fría de nuevo, donde veo las cosas de manera concreta y las pongo en su justo peso. Donde no hay memoria que me alcance porque no tengo memoria para ser alcanzada. Donde el recuerdo deja de valer porque nunca pude darle peso.

"Una vez alguien me dijo que los peces no tienen memoria, que en apenas unos segundos olvidan lo que han vivido momentos antes. La memoria de hombres y mujeres me recuerda a menudo a la de los peces, hombres y mujeres que olvidan su historia, lo que han sentido, hombres y mujeres con amnesia abocados a repetir los mismos errores..." (*)

 

(*) Ismael Serrano

2 comentarios:

  1. Tu recuerdo renace ahí, en ese instante en donde todo se vuelve confuso, donde tu voz no hace eco de emociones, sino que se confluye con tu memoria, asintótica, sin melodía, pero con amor.
    En tu nombre se denota tu pasado, tu presente y tu futuro, como una horda de insoportables sollozos que amoritzan el enjambre que se ha depositado en tu lustro.
    El problema no es el semblante que vos coloques frente a ti, el problema tampoco es el ocaso de recuerdos, el problema no es la ocasion, el problema es y será siempre tu aniquilacion.

    ResponderEliminar
  2. Verdaderamente un texto hermoso...

    ResponderEliminar