25 de mayo de 2010

Preterito imperfecto

"Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás." (*), porque todo pasado tiene un ciclo infinito por el cual nunca termina de derrumbarse, se preserva más que el presente mismo. Siempre queda ese rescoldo, ese fondo de arena que se acumula y se revuelve cada tanto, y nunca termina de diluirse. Ese pasado que parte desde el momento en que la vida misma posee la noción de memoria, cada suceso que nos marca a fuego y no se borra de la piel, que todavía nos motiva o define, que nos hace quien somos y quienes vamos a ser. Ese pasado que se ve en el fondo de nuestros ojos si conseguimos que alguien nos mire con profundidad. Y esa misma mirada se convertirá en parte del pasado infinito que no se degrada, ni se oxida, ni se consume.


(*) Cien años de soledad, Gabriel García Márquez

No hay comentarios:

Publicar un comentario