¿Aquello que brilla es oro? ¿Qué es esa luz tan fuerte, tan blanca? Un alma, un suceso, la vida misma que vuelve a llamarnos a la aventura.
Como la novela mejor contada, con el desarrollo más intrincado, jugamos. A veces es un juego de intelecto, a veces es un juego de contacto físico, algunas veces es un juego de encastre, otras de arrastre. Pero nunca sabemos qué reglas nos va a dar la vida para la partida del día, del mes, del año, de toda nuestra existencia.
Solo jugamos y vivimos esta aventura como si fuese la última. Pero hay algo que sin duda es: la mejor.
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