23 de noviembre de 2011

El tiempo que pasa en un pestañeo

Entrando en etapa de reflexión. Tenía que suceder, venía de varios meses tranquila. Además ya llega fin de año, momento de balance, análisis, resumen, tratar de mirar para atrás y para adelante al mismo tiempo.
Creo que no me puedo quejar, el año tuvo sus altas y sus bajas, no fue un año tan bueno como el pasado, pero no dejó de traer sus cosas. Especialmente trajo madurez, trajo un reacomode de ideas importantes, trajo claridad y oscuridad en el mismo paquete.
Abrir los ojos, poder ver las cosas más claras, a veces no causa el efecto deseado, porque hacerse cargo de lo que eso implica, lleva un enorme esfuerzo detrás. Un esfuerzo que vale la pena hacer, eso sin dudas, pero un esfuerzo grande al final. Una cantidad de energía y voluntad puestas a dar vuelta el rumbo, a cambiar la corriente, a ir en contra de las costumbres y actitudes más arraigadas en nosotros mismos, convertirnos en quienes queremos ser y no quedarnos sólo con quienes somos.
Sí, este año mi cabeza se golpeo varias veces, lloré como hace mucho que no lo hacía, pero sentir todo eso sigue siendo tan dulce que intoxica, que me hace sonreir ante el recuerdo más doloroso.
Como me pasó toda la vida, no me arrepiento nada de lo que hice ni dejé de hacer, no cambiaría un segundo de mi pasado, absolutamente todo significó algo al final. Solo pido que tanto esfuerzo no sea en vano, poder ser quien deseo, poder construir mi camino, poder ser.

1 comentario:

  1. Tengamos fe mi querida Agus, que no haya sido en vano, porque yo sé que todo tiene su razón de ser. Felicitaciones por los logros personales.

    Un abrazo. Hilda

    ResponderEliminar