15 de septiembre de 2011

Prendiendo y apagando

Me gustan estas épocas en las que puedo escribir casi todos los días, cuando las ideas son tan claras y tangibles que puedo volcarlas en el teclado con tanta facilidad,
Quizás no tiene que ver con una cuestión de claridad de las ideas, porque eso creo que nunca se da en mi caso. Siempre tengo una maraña de cosas en la cabeza, un enredo que da vueltas todo el día. Lo importante es que hoy no me quita el sueño, que hoy me permite sentarme y escribir.
A veces siento que un frío rodea mi cabeza, como si de golpe me tiraran un balde de agua fría o simplemente saliera a la calle en una noche invernal. Es una sensación de segundos, un frío físico que no alcanza al resto del cuerpo, solo se produce ahí arriba. A veces creo que es un mecanismo de defensa de mi propia cabeza, tratando de enfriar ideas, tratando de lograr que "Chispita" no se prenda.
Me retiro a tiempo, mi cabeza tiene que dejar de tener las ideas tan claras y ponerse a estudiar un poco.

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