2 de enero de 2013

Sleepless in Seattle

Y en una noche de insomnio ya no me queda nada por decir que no haya dicho antes. Ya no me vienen a la cabeza maravillosas historias por contar, ya no me reclama la fantasía de mis ideas, se me agotaron las cosas que no son. Ya no surgen tragedias que llorar ni finales felices color de rosas. Ya no me reconozco en esas ficciones que mi cabeza urdía.
Será que soy más sensata, quizás más realista, quizás simplemente me canse de tejer sueños cual Penélope. O quizás se me terminaron las historias para contar hasta el momento y todavía no haya empezado siquiera el camino de mi próxima aventura.
Quizás ya no me alcanza con mi ficción y punto.

1 comentario:

  1. No necesariamente tiene que ser ficción :) alguna experiencia, propia o ajena será bien recibida ;)
    Saluditos!

    ResponderEliminar