13 de mayo de 2013

Edición Vespertina II

"Sueña un sueño despacito entre mis manos, hasta que por la ventana suba el sol" (*). Sueña hoy, sueña mañana, nunca dejes de hacerlo. Nunca dejes que la imaginación se estanque, que se acostumbre a no soñar. No todos los sueños se cumplen, no todos los sueños se alcanzan, muchos se truncan en el camino. Pero más triste que todo eso es una vida sin sueños.

Soñamos imposibles, soñamos nuestros deseos, que nunca se concretarán en la realidad, pero son verdaderos en nuestros sueños. Soñamos despiertos cada día con aquello que nos cambiará la vida, soñamos a cada paso que el siguiente será el definitivo.

Los sueños sueños son, pero no por ser solo sueños debemos dejarlos de lado, ni debemos dejar de pensarlos. Todas las noches intento soñar, me acuesto con alguna idea ficticia en la cabeza y la desarrollo, juego con las situaciones, las pruebo, las cambio. Situaciones que solo quedarán en las ficciones de mis sueños, pero sin embargo no por eso dejo de realizar este maravilloso ejercicio. Ejercicio que mantiene mi cabeza carburando, aceitada, que no deja que las ideas se duerman, que no deja que las esperanzas se duerman.

Sueño un sueño despacito, pieza a pieza, sin quererlo. Sueño lo que tuve, lo que nunca tendré, lo que alcanzaré. Sueño aquello que ni siquiera deseo. Sueño aquello que me supera y me redime. Sueño quien soy y al soñarlo dejo de serlo para convertirme en quien quiero ser.

(*)  Muchacha ojos de papel, Luis Alberto Spinetta

3 comentarios:

  1. A veces, el mundo puede ser una ventana.

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  2. Siempre he pensado que es mejor soñar despierta que dormida, porque esos sueños los elijo yo y puedo darles un final feliz!

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  3. Me encanta soñar despierto, darles nuevos diálogos y escenas a mi vida y a los libros que leo

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