28 de julio de 2013

Banda de Möbius

¿Cuántas veces en la vida uno se plantea que quiere cambiar sus hábitos? ¿Cuántos hábitos se pueden cambiar al mismo tiempo? A veces pareciera que los cambios solo tienen que ver con una cuestión de voluntad, pero cuantas cosas se mueven dentro nuestro cuando tenemos que dar un simple paso adelante.
Y no estoy hablando de cambios drásticos, de cosas trascendentales. Hablo de cosas pequeñas, de pequeños hábitos, de cosas que sabemos que debemos hacer para que nuestra calidad de vida cambie a largo plazo y que sin embargo nos negamos a hacerlo de manera firma. Bah, yo me niego al menos.
Todos los fines de semana me planteo metas para empezar el lunes, acciones, cosas, rutinas. Llega el lunes y... bueno... la rutina ya establecida me tira abajo las pretensiones.
No tiene que ver con falta de voluntad, es que la vorágine de la vida diaria nos arrastra en direcciones que no podemos predecir. O sí podemos predecir, pero no es la dirección que nos gustaría tomar. Es como un oleaje salvaje, arranca el lunes, nos despertamos a la misma hora de todos los días de semana, salimos de casa y tomamos la misma ruta y así empieza la cinta eterna.
Me suena todo a excusas que me pongo... veremos si este lunes la historia es otra...

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